El rebrote de la gripe aviar ha generado preocupación en proveedores avícolas y la población en general, dado que el aumento en el precio del pollo genera un incremento en la canasta básica familiar. No obstante, la crisis en cuanto a este producto también ha puesto en alerta a los empresarios, ya que afectaría el consumo de uno de los platillos representativos de la gastronomía nacional: el pollo a la brasa. Dueños y trabajadores de los establecimientos que expenden este producto vienen evaluando medidas para contrarrestar el impacto de esta crisis que pondría en jaque a muchos clientes acostumbrados a consumirlo frecuentemente.
El tradicional platillo es la excusa perfecta para que familias y demás grupos de personas se reúnan y compartan gratos momentos. Su sabor y textura lo han llevado incluso a deleitar paladares a nivel internacional. Sin embargo, el desmedido avance del virus de la gripe aviar, que hasta el momento ha provocado la muerte de alrededor de 63.000 aves en ocho áreas protegidas, es una situación que obliga a los dueños de pollerías a tomar medidas al respecto y entre ellas toma fuerza la de incrementar en un 30% el valor de este manjar.
Otra de las medidas que se vienen evaluando en dicho rubro es la reducción del tamaño del pollo y "mejoras operativas" para que sus máquinas utilicen menos aceite —materia que también ha incrementado su valor— y reducir costos o podrían correr el riesgo de quebrar sus negocios.
Asimismo, la clientela de estos concurridos establecimientos evidenció su descontento ante esta posibilidad, ya que no solo verían perjudicada su economía, sino también la posibilidad de disfrutar de una de las preparaciones más consumidas en nuestro país.