Hace un mes, el corredor minero del sur está bloqueado por las comunidades de Cusco. Esta vía, que parte de Apurímac y desemboca en la costa de Arequipa, la utilizan tres compañías mineras para transportar cobre hasta el puerto de Matarani y exportarlo al Asia. Representa casi el 20% de la producción nacional.
El corredor recorre 37 comunidades campesinas quechuas localizadas entre Apurímac, Cusco y Arequipa. Con el inicio de las operaciones de Las Bambas, se acrecentaron los conflictos. Los comuneros se quejan de la contaminación del polvo que despiden los encapsulados transportadores de mineral, reclaman por terrenos y exigen compensaciones a las tres compañías: MMG Las Bambas, Antapaccay y Hudbay.
En las elecciones del 2021, estas jurisdicciones fueron los bastiones electorales de Pedro Castillo. La vacancia del maestro chotano radicalizó la protesta no solo con bloqueos en los tramos de Chumbivilcas y Espinar, hubo atentados contra el campamento de Antapaccay y quema de vehículos de Hudbay. En estos últimos días, la intensidad de los bloqueos disminuyó por el viaje de dirigentes a Lima a las marchas contra el Gobierno. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición, el tramo de Condoroma, en la provincia de Espinar, era tomado por 25 personas. Ese punto es clave, ahí confluyen los encapsulados de las tres operaciones mineras.
La toma de la vía ha provocado discrepancias entre los pobladores de Condoroma y dirigentes de Espinar. Los primeros denuncian que el cierre los perjudica, las tiendas están desabastecidas, no pueden viajar ni hacer uso de sus vehículos. Además, denuncian un trato inhumano contra los transportistas. Los varados soportan temperaturas bajo cero y nevadas; algunos se arriesgan a accidentarse por recurrir a rutas alternas.
Desde el atentado en su campamento, Antapaccay opera al 40% y Las Bambas produce a ritmo reducido. Sin embargo, no pueden vender el mineral.
El presidente de Perumin, edición 36, Miguel Cardozo, sostiene que la suspensión de las exportaciones de cobre perjudica al país, pero sobre todo a las regiones productoras. Apurímac deja de percibir a diario S/5 millones y Cusco más de S/2 millones. Estima que por cada S/100 de venta y utilidad por lo menos S/42 van a la caja del Gobierno nacional y subnacionales. “El 80% de utilidades se reinvierten en el Perú, es una gran mentira que la minería no paga impuestos y no contribuye con el país”, dijo. Aunque el empresario reconoció que esos aportes no llegan a las zonas de influencia. Hay ineficiencia y corrupción en el Estado, concluye.
Quienes más sufren con la incertidumbre son los trabajadores y sus familias. Las compañías resolvieron adelantar vacaciones al personal de planilla, a los contratados no se les renovó y si continúan los bloqueos recurrirán a la suspensión perfecta. Erick Ramos es dirigente de los trabajadores de Las Bambas. Él explica que la compañía trabaja con 8.500 y, desde el 1 de febrero, prescindió de 6.000 contratados.
Carlos Calderón, dirigente de Antapaccay, sostiene que también viven con el temor del desempleo. Mucha de esa mano de obra proviene de varias ciudades del sur. Se queja de los bloqueos. Si antes demoraban seis horas para llegar al centro minero, ahora se toman el doble.
Pese al reclamo de los gremios mineros y empresas afectadas, el Gobierno nacional no ha intervenido para liberar el corredor. Fuentes del Ministerio del Interior sostienen que la solución debe ser integral, con el apoyo de las Fuerzas Armadas.
El jefe policial de Cusco, Javier Vela, tiene un plan, pero aún le falta la luz verde para proceder. El objetivo es hacer un desbloqueo sostenible, similar al de Ica. Ahí hubo apoyo de la población civil, escenario que no es similar en las provincias de Cusco.
Control. La PNP revela que ese tramo fue capturado por organizaciones de Espinar. Se turnan entre sindicatos para obstruirlo.
Reclamo. Cardozo opina que bloquear una vía se ha vuelto común y el Estado no hace nada.
Infografía - La República