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Economía

Doe Run: ¿Qué implica que los trabajadores posean los activos de la minera?

Expertos señalan que la reactivación del Complejo Metalúrgico de La Oroya implicaría apoyo del Estado, aunque no son muy optimistas sobre el reflote de dicha unidad.

larepublica.pe
TO GO WITH AFP STORY - (FILE) PIcture taken on May 31, 2007 showing the Doe Run Mining complex in the Andean community of La Oroya. Doe Run failed to meet the Peruvian authorities� deadline to resume operations with the required environmental safeguards on July 27, 2010. Doe Run controls the La Oroya metallurgical complex since 1997 when it was privatized, but closed its operations in June last year, saying it was affected by the global financial crisis, the falling prices of metals and the suspension of credit from a group of foreign banks. Over 3,000 workers will have to be relocated following the closing. AFP PHOTO/FILES/EITAN ABRAMOVICH (Photo by EITAN ABRAMOVICH / FILES / AFP)

Hace cuatro días, la junta de acreedores de Doe Run Perú aprobó transferir todos los activos (el Complejo Metalúrgico en La Oroya y la minera Cobriza) de la empresa a los acreedores laborales, es decir, los trabajadores.

Cabe agregar que esta decisión se dio con los votos favorables del Ministerio de Energía y Minas (Minem) y de los representantes de los créditos laborales, en la que dicha transferencia recaería en nueva sociedad (Nueva La Oroya S.A.).

Al respecto, Carlos Herrera Descalzi, exministro de Energía y Minas, señaló que si los trabajadores tiene un porcentaje importante en el ranking de deudores, podrían optar por varias opciones.

“Una de ellas seria decir ‘yo transfiero mi propiedad’ a uno de los acreedores y que me den dinero y listo. Otra opción sería el intento de reflotar las operaciones con algo que ambientalmente sea viable”, comentó.

¿Reactivación?

Respecto a la reactivación de la unidad, Descalzi señala que necesitarían apoyo del Estado.

Por su parte, José de Echave, exviceministro de Gestión Ambiental, se muestra escasamente optimista respecto a las posibilidades de reflotar el complejo metalúrgico.

“Se han hecho varios intentos, pero no se han encontrado inversionistas interesados. Después de que el complejo esté paralizado tantos años y con un circuito metalúrgico que no opera, va a ser bien difícil que los trabajadores saquen adelante el complejo y lo puedan reactivar”, manifiesta de Echave.

Los problemas de la minera han sido de dos naturalezas, refiere Descalzi. "Una que no ha sido un actor que no limpie y transparente sus acciones. No es un actor con una conducta intachable de los que uno desea como inversionista en el país. El otro tema es sobre la antigüedad de las instalaciones y de las emanaciones que ha dejado un daño ambiental muy grande.

Inversiones

En ese sentido, de Echave señala que se necesitan espaldas financieras importantes. “Se necesitarían inversiones para que cuando opere no provoque los gravísimos problemas ambientales que provocaba cuando estaba en operaciones”. “La Oroya estaba considerada como las ciudades mas contaminadas del planeta”, agrega.

El experto también direcciona las inversiones hacia los estándares de calidad ambiental, con los limites máximos permisibles, “se tendrían que hacer inversiones de gran magnitud, varias decenas de millones de dolares”.

En relación al aporte que le da a productos con valor agregado, Descalzi indicó que dicho grado de calidad adicional significa empleo para el país.

De igual modo, agrega que la “en minería, el Perú es un jugador de talla mundial; con la producción minera que tiene le interesa ganar mayor valor agregado de lo que estaba obteniendo actualmente”.

Por último, De Echave concluye que dicha transferencia es una decisión simbólica, pero que no tendrá efectos prácticos.