Según el informe Microscopio Global 2019, elaborado por el Economist Intelligence Unit, el entorno general para la inclusión financiera ha mejorado a nivel mundial, manteniendo a América Latina como líder, particularmente, en materia de regulación e infraestructura para la inclusión financiera.
El Perú ocupa el segundo lugar en cuanto al entorno propicio para la inclusión financiera, detrás de Colombia. En el último año, el país mostró la mayor mejora en el dominio de protección al consumidor, específicamente, por las mejoras en su marco de protección de datos para clientes financieros y protección de crimen cibernético.
Asimismo, se destaca la implementación de una estrategia amplia para la inclusión financiera y la promoción de la educación financiera, la fortaleza de su marco regulatorio para la inclusión financiera y la capacidad de supervisión, el desarrollo de canales inclusivos como son los agentes corresponsales y plataforma digitales.
Por otro lado, se destaca también la fortaleza de los sistemas de intercambio de información y centrales de riesgos, los incentivos para la digitalización y el desarrollo de tecnologías emergentes, el desarrollo de los seguros inclusivos y cartera de créditos para clientes medianos y pequeños.
Según revela el informe, Colombia, Perú y Uruguay mejoraron sus puntajes generales, así como sus puntuaciones para dominios específicos de gobierno y apoyo de políticas, estabilidad e integridad financiera, productos y puntos de venta, protección al consumidor e infraestructura.
Entre las oportunidades de mejora se identifican la necesidad de mejorar la conectividad y un mayor compromiso por la ciberseguridad.
Los marcos regulatorios mejorados para los servicios financieros digitales han venido acompañados de mayores innovaciones financieras. Asimismo, las leyes de seguridad cibernética y de privacidad de datos están evolucionando para responder a los desafíos en la era digital.
El Microscopio Global analiza la regulación y políticas utilizadas por los gobiernos y los organismos reguladores de 55 países alrededor del mundo para elaborar un índice de entorno propicio para la inclusión financiera considerando la regulación, estrategias políticas e infraestructura con la que cuenta el país.
En la última edición, se ha incorporado una perspectiva de género con el objetivo de comprender mejor cómo las políticas de inclusión financiera afectan a hombres y mujeres de manera diferenciada y cómo los gobiernos y reguladores pueden reducir la brecha de género en la inclusión financiera.