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Domingo

Damián Alcázar: La pasión de actuar

El actor mexicano Damián Alcázar protagoniza El caso Monroy, la nueva película de Josué Méndez, que se estrena en cines el 5 de octubre. En la cinta es Ronnie Monroy un oficinista que ayuda a mujeres presas a recobrar su libertad y busca el romance con ellas. Conversamos con él sobre este nuevo reto actoral, el cine y su relación con el Perú. 

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Damián Alcázar es el actor más galardonado en México con el premio Ariel (5 veces). Foto: Félix Contreras/ La República

Ronnie Monroy es empleado de una embajada y de vez en cuando debe llevar ayuda a mujeres presas que tienen la nacionalidad de la sede diplomática en la que trabaja. Un buen día le dicen que el momento de la jubilación ha llegado y él se queda pensando en qué va a hacer ahora. Decide convertirse en una suerte de tramitador judicial y ayudar a esas jóvenes -casi todas presas por ‘burriers’- a conseguir su libertad. Con esas visitas a la cárcel y esa ayuda que les brinda semana a semana, surge a veces el romance. Entonces, ya en la madurez, su oscura vida de oficinista se llena de aventura.

Esa es parte de la trama de El caso Monroy, la nueva película del cineasta peruano Josué Méndez (el aclamado director de Días de Santiago) y Ronnie es encarnado por Damián Alcazar, reconocido actor mexicano y uno de los más galardonados en su país. Él vio la película por primera vez durante el Festival de Cine de Lima como un espectador más. Confiesa que a diferencia de otras veces en que es muy crítico consigo mismo, esta vez quedó muy satisfecho con su trabajo y la cinta ha quedado genial.

“Me gustó mucho mi trabajo a la primera, cosa que nunca me pasa. Siempre tengo que ver una película cuatro, cinco veces para decir ‘ah, hice esto mal, hice esto bien.

Esto no me convenció’. Me gustó también el guion, la edición, el producto final. Josué estaba editando desde que ensayabamos. Fue como que tenía perfectamente estructurada la película en su cabeza”, cuenta Damián, con voz pausada. Conversamos con él poco después del Festival de Cine, antes del regreso a su país.

Damián ha trabajado con consagrados directores de Hollywood y de Latinoamérica y reconoce el talento de un cineasta joven como Josué Mendez. Para Alcázar, el director de El caso Monroy es un profesional muy sensato y sensible, que trata siempre de sacar lo mejor de sus actores, va descubriendo lo que quiere y sabe cómo llegar hasta ahí. Cuenta que los guió con mucho cuidado y precisión porque es un obseso de su trabajo.

Escena de El Caso Monroy con actrices Liliana Trujillo y Silvia Majo.

-Tus coprotagonistas confesaron que estaban nerviosos de actuar a tu lado, ¿cómo fue trabajar con el elenco de la pelicula?

Los actores y actrices me gustaron, me gustaron también todos los personajes. Siempre me sorprendo cuando hago cine en otros países porque hay tanto talento. No debería sorprenderme porque el talento no tiene fronteras. Y hubo un director formidable, nada hosco, que se sabía perfectamente su película. Ahora sé que es un maravilloso director.

En El caso Monroy Damian compartió grabaciones con un elenco mayoritariamente femenino, un puñado de personajes que tienen cuentas con la ley pero que no han renunciado al amor, la familia y la pelea contra los vericuetos de la justicia. Sobre esa situación, la justicia que solo se consigue si hay dinero de por medio, Damián también dice:

“Toda película que hable del espíritu humano es compleja. Te habla de la situación social, del tejido social de la sociedad de donde se lleva a cabo. Y hay una similitud en todos los países latinoamericanos respecto a sus jueces y magistrados. Aquí le dicen ‘coima’, nosotros ‘mordida’, pero siempre es la corrupción. En esta película hay un guiño a eso, se mete en ese proceso de impartir justicia, pero de manera festiva, en tono de comedia”.

Damián Alcazar tiene una larga y galardonada carrera internacional en cine y televisión. Hoy se puede ver en cartelera Blue Beetle, del universo DC Comics, donde hace del padre del superhéroe. En el pasado ha trabajado con el cineasta Luis Estrada en películas consagratorias para él como La ley de Herodes, Un mundo maravilloso, El infierno, La Dictadura Perfecta o ¡Qué Viva México! Además de filmar en varios países de Latinoamérica, en 2015 protagonizó Magallanes su primera película peruana.

A propósito de Magallanes, ¿conocías sobre la violencia de Sendero Luminoso y lo que pasó en el Perú en los 80?

Sí claro, soy de una generación que estuvo atenta a lo que ocurría en Latinoamérica. Supe de Sendero Luminoso y de cuando agarraron a Abimael Guzmán. Todas esas cosas con las que uno se encuentra te van ubicando. Para mí papel todo importa: qué ocurrió en Ayacucho, qué fue Sendero. Conozco el Perú. Después de mis películas me quedo, lo recorro, veo sus poblaciones, la gente de la selva. Siempre me quiero salir de la visión que tiene un turista y soy sensible a la situación de la gente.

Director Josué Méndez, trata un tema serio en clave de humor corrosivo.

Del cine peruano conocía la obra de Francisco Lombardi y algunas cintas más que vio en festivales de otros países, pero ese primer contacto para actuar en un film de nuestro país fue con Magallanes. Quien le hizo llegar ese primer guion fue la productora Enid “Pinky” Campos, con quien volvió a trabajar en una serie para televisión en México, algo que los hizo más cercanos. Ella lo volvió a contactar para El caso Monroy, su segundo largo en Perú.

“Después de un drama terrible como es Magallanes, Monroy es una comedia, oscura pero comedia. Y dije: ‘bueno, lo hago’. Me gusta hacer cine en Latinoamérica. En este caso es un desafío grande. Aspirar a ser un peruano en una historia peruana es una de las cosas que más me atraen. Lo mismo con personajes que he hecho en otros países. Siempre es un desafío hacer a alguien que tiene otra manera de ver el mundo y habla diferente a ti”.

¿Como te preparas para tus papeles?

Tengo que ver a los hombres de la edad del personaje, los observo, escucho la cantidad de acentos que hay en el Perú, por ejemplo. En el caso de Magallanes me metí a barrios peligrosos de Lima y saqué conclusiones de la sociedad limeña. Hay zonas más pitucas y cierta mirada clasista. Son cosas que uno debe saber para entender y hacer un personaje. Lo mismo me paso con Ronnie: vine y caminé y vi a los oficinistas, los empleados públicos, como van por la calle, que comen, qué horarios tienen, cómo visten. Así los vas entendiendo.

El caso Monroy, basado en la historia “Ronnie Monroy las ama a todas”, del libro Día de Visita, de Marco Aviles, y de experiencias propias del director Josué Méndez se estrena el 5 de octubre y es una mirada sarcástica a los operadores de la justicia en el Perú. Una cinta para sonreír y reflexionar sobre cuánto te cuesta, cuánto te vale obtenerla.