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Domingo

El mentiroso más tóxico de Estados Unidos

Alex Jones, el mayor difusor de teorías de la conspiración en los EEUU, acaba de recibir una millonaria multa por haber dicho que una de las más terribles matanzas ocurridas en su país fue un invento.

larepublica.pe
El mentiroso más tóxico de Estados Unidos. Foto: AFP

Es autor de algunas de las mentiras más delirantes de la política norteamericana.

Ha dicho, por ejemplo, que el gobierno de los Estados Unidos fue el responsable del atentado del 11 de setiembre.

Que Barack Obama y Hillary Clinton fueron fundadores del Estado Islámico. Que ambos son piezas claves del ‘Pizzagate’, esa teoría conspirativa según la cual políticos demócratas dirigían una red de pederastas desde una pizzería de Washington.

También, que el gobierno de Obama usaba aviones para esparcir agentes químicos con el fin de controlar a la población.

O que ponía productos químicos en el jugo de frutas para volver homosexuales a los niños.

En un país en el que la Primera Enmienda de la Constitución es sagrada, Jones, conductor de un programa radial y fundador de Infowars, un portal de noticias falsas, se dedicó a mentir impunemente durante décadas.

En su mejor momento, durante la campaña de Donald Trump y los primeros años de su gobierno, sus bulos y teorías eran escuchados por millones de norteamericanos. Era muy influyente –el autor de un tiroteo en Arizona en 2011 era fanático de su programa– y lo sigue siendo.

Tragedia. Deudos de Sandy Hook. Abajo, Jones, aliado de Trump durante su campaña. Foto: AFP.

Pero esta semana, quien fuera un referente mediático para la extrema derecha norteamericana y líder de opinión en el trumpismo, al punto de que fue uno de los oradores en el mitin del 6 de enero de 2021 que terminó con el asalto al Capitolio, cayó en desgracia.

Indignante mentira

Durante años, Jones ha sostenido que algunas de las matanzas más trágicas que habían ocurrido en su país habían sido inventadas, como la de Columbine o la de la Maratón de Boston.

Una de las masacres estudiantiles que más intentó desacreditar fue la de la escuela de Sandy Hook, de Newtown, Connecticut, que se cobró la vida de seis adultos y 20 menores, de entre seis y siete años, en diciembre de 2012.

Jones repitió en varias ocasiones en su programa y en entrevistas que todo fue un montaje, que los muertos y heridos fueron actores y que todo había sido orquestado por activistas promotores del control de armas.

Mucha gente le creyó, al punto de que durante años las familias de las víctimas fueron objeto de ataques de los seguidores de Jones.

Varias de estas familias presentaron demandas contra él por difamación. Y esta semana, la primera de ellas acabó con una sentencia.

Un tribunal de Texas condenó al viejo aliado de Trump a pagar más de US$ 4 millones como indemnización a los padres de Jesse Lewis, una de las víctimas de Sandy Hook, además de imponerle una multa de más de US$ 45 millones.

Durante el juicio, Jones se había retractado y había dicho que creía que la masacre fue “cien por ciento real”, pero fuera del tribunal atacaba a través de sus medios al jurado y a la jueza.

El momento culminante ocurrió cuando el abogado de la familia Lewis reveló al comunicador que su defensor le había enviado, por error, todos los mensajes de texto que había enviado desde su teléfono durante los últimos dos años.

El rostro de Jones se desencajó. Todas sus mentiras y contradicciones quedaron a la vista.

Un perito contratado por los Lewis también descubrió que había amasado una fortuna de entre US$ 135 y 270 millones, obtenido gracias a los negocios que había hecho con los seguidores de Infowars y de su programa de radio.

Este no es el único juicio. En camino hay al menos otras dos demandas presentadas por otras familias de las víctimas.

En los Estados Unidos, la condena al mentiroso más desalmado de la política norteamericana ha sido considerada un ejemplo de lo que puede ocurrir con otros comunicadores, igual de irresponsables, de la extrema derecha.