La gimnasia artística en los Juegos Olímpicos ha fascinado al mundo durante décadas, combinando fuerza, agilidad y precisión. Este deporte, que exige una disciplina rigurosa, presenta desafíos físicos y mentales únicos. Los gimnastas deben ejecutar rutinas que desafían los límites del cuerpo humano, con saltos que, sin la técnica adecuada, pueden conllevar graves riesgos de lesiones.
Olga Kórbut, una de las figuras más icónicas de la gimnasia, dejó una marca imborrable en este deporte durante su participación en los Juegos Olímpicos. Su decisión de incluir movimientos innovadores y complejos en su rutina la hizo destacar y mostró al mundo la extrema dificultad de la gimnasia artística. Su valentía inspiró a generaciones, pero también evidenció los riesgos de ciertos saltos.
Ejecutó este movimiento cuando tuvo 17 años de edad. Foto: Paris Olympics 2024
Olga Kórbut, nacida en Bielorrusia en 1955, es una exgimnasta soviética que revolucionó la gimnasia artística durante los Juegos Olímpicos de Múnich 1972. Conocida como 'el gorrión de Minsk' por su carisma y talento, Kórbut asombró al mundo con su innovador estilo y la ejecución de movimientos nunca antes vistos en la gimnasia femenina.
Su valentía y destreza no solo le valieron cuatro medallas olímpicas, sino que también cambiaron para siempre la forma en que se percibe el deporte, inspirando a una nueva generación de gimnastas y dejando un legado imborrable en la historia de los Juegos Olímpicos.
Olga se retiró de la gimnasia a los 22 años, en 1977. Foto: Fig News
El 'loop death', 'el bucle de la muerte' o 'el Korbut flip' fue un movimiento ejecutado por Olga Kórbut durante los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, que dejó a todos los espectadores atónitos.
Este audaz movimiento consistía en un giro hacia atrás en el aire desde la barra superior de las barras asimétricas, seguido de un agarre nuevamente a la misma barra.
Para realizarlo, Kórbut se colgaba de la barra superior, impulsaba su cuerpo hacia atrás en un salto mortal completo y, en pleno aire, volvía a agarrar la barra.
En Madame Tussauds, de Londres, existe una figura de cera de Kórbut. Foto: Getty Images
La dificultad y el riesgo de este movimiento eran tales que, a pesar de su éxito en la ejecución, más tarde fue prohibido en la gimnasia femenina debido a la complejidad y los peligros que representaba para la seguridad de las gimnastas, pues podían resultar en caídas severas y daños físicos.
Este salto se convirtió en uno de los momentos más icónicos de los Juegos Olímpicos, dado que consolidó a Olga Kórbut como una leyenda del deporte.
Hoy en día entrena a gimnastas en Estados Unidos. Foto: Reuters