Una de las cosas que el hincha de la selección peruana más recuerda de Christian Cueva es el penal que falló ante Dinamarca en la fase de grupos del Mundial de Rusia 2018. El popular 'Aladino' tuvo la oportunidad de poner a la Bicolor arriba en el marcador en el primer partido de Perú en la Copa del Mundo de esa edición, pero las cosas no salieron bien y el equipo de todos terminó perdiendo 1-0.
Después de casi seis años de ese penal que, de alguna manera, marcó el camino de la selección peruana en Rusia 2018, Christian Cueva y Jefferson Farfán volvieron a hablar de ello.
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En la última edición del programa streaming 'Enfocados', el exdelantero de Alianza Lima contó que él era el encargado de patear los penales; sin embargo, en ese momento, ante la insistencia de Christian Cueva, dejó que pateara, ya que, además, se mostraba con confianza.
"El 'cholo' estaba con la confianza arriba. Me acuerdo de que el profe (Ricardo Gareca) me decía que yo pateara, Carrillo también estaba ahí. Le decía, pero no hacía caso. Esto la gente no sabía, pero yo le decía: "Cholo, yo pateo", pero él tenía la pelota bien agarrada, no la soltaba. Me respondía: "Negro, déjame, yo pateo, estoy con confianza". Entonces, lo dejé", narró.
Tras el tiro errado, Farfán señaló que la gente le comenzó a increpar e incluso Ricardo Gareca se acercó a él para "cocinarlo", es decir, para regañarlo por no haber ejecutado la pena máxima.
"Él pateó bien, solo que la pelota se elevó mucho. Nosotros practicábamos. Lo peor es que después casi me matan a mí. Me chaparon en el hotel diciendo por qué no había pateado yo, pero él quería hacerlo. Ahí me agarró el profe, me cocinó junto con Ñol Solano", agregó.
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Después de lo comentado por la 'Foca', Cueva confesó que el 'Tigre' se le acercó antes del partido con Francia para preguntarle si estaba bien, lo que ocasionó en él cierta desconfianza debido a la insistencia del estratega argentino en sus preguntas.
Christian Cueva es uno de los jugadores con más partidos en la era de Ricardo Gareca. Foto: difusión
"Yo después del penal salí y me metí un partidazo, no es que me desanimé, sino que la gente se quedó con lo malo. Antes del partido con Francia me llama el profe y me pregunta: "¿Estás bien?". Le digo que sí y me responde: "¿Estás seguro? ¿Estás para jugar?". Le respondo que sí, pero ya me sentía con poca confianza porque pensaba que el profe estaba dudando o de repente que yo no estaba bien. Entonces, me dijo que mañana jugaba porque estaba bien", manifestó.