Este domingo en la tarde, Liverpool y Tottenham nos regalaron uno de los mejores partidos del fin de semana. El encuentro por la Premier League fue de ida y vuelta y terminó igualado 2-2. Además de dejarnos jugadas peligrosas, el duelo también tuvo polémicas, entre las que resaltaron dos, las cuales no se sancionaron por igual pese a que las faltas fueron casi similares.
La primera jugada se dio al minuto 19 de la primera mitad, cuando el marcador iba 1-0 a favor de los spurs. Los involucrados fueron los futbolistas de Tottenham Harry Kane y de Liverpool Andrew Robertson. El delantero inglés perdió un balón en mitad de la cancha y, en su intento de recuperarla, se barrió con los toperoles en alto y terminó llevándose al defensor escocés.
Inmediatamente, el árbitro del partido metió su mano al bolsillo y solo le mostró la amarilla, provocando el reclamo del comando técnico y futbolista de los reds, quienes exigían que sea expulsado. Esperaban que el juez acuda el VAR, pero esto nunca sucedió y el encuentro continuó.
Si el primer tiempo tuvo su jugada polémica, el segundo tiempo no se iba quedar atrás. Al minuto 75, cuando el encuentro iba igualado 2-2, se vivió otra dura entrada, donde la anterior víctima se convirtió en villano. El defensor de Liverpool Andrew Robertson, quien recibió el planchazo de Kane, esta vez cometió una dura falta contra el lateral Emerson.
El futbolista del Tottenham se encontraba cubriendo el balón para que este se fuera del terreno de juego, cuando de pronto apareció el escocés, quien de una patada a la pierna izquierda terminó derribando al brasileño.
Al igual que en la primera jugada polémica, el réferi mostró la amarilla sin pensarlo; sin embargo, a diferencia de la primera mitad, el árbitro recibió el llamado de los jueces del VAR, quienes le indicaron que revise la jugada con ayuda de la tecnología. Tras observar la falta detalladamente, se decidió eliminar la amonestación y mostró la roja a Robertson.
Al finalizar el partido, que terminó igualado 2-2, hinchas y medios cuestionaron la decisión del juez principal y de los árbitros del VAR, pues ambas faltas se cometieron sin el balón en los pies y los infractores debían ser expulsados.