De las cuatro medallas olímpicas obtenidas por el Perú, tres han sido en el deporte del tiro. Si bien ya no tenemos la misma cantidad de exponentes como aquellos años en dicha disciplina, los que están tienen las posibilidades intactas de igualar lo de sus predecesores. Uno de ellos es Alessandro de Souza, quien afina la puntería para triunfar en Tokio 2020.
¿Cómo va tu preparación en Europa?
La semana pasada logré el segundo lugar en Almería y ahora el primer lugar del torneo Gara Anello D’Oro en Italia. Este tipo de resultados son muestra del buen trabajo que venimos realizando y nos motiva a continuar de cara a Tokio.
¿Irás directo a Tokio?
Con los torneos que vienen se acaba la segunda etapa de preparación e inicia la tercera. La idea es tener base de entrenamiento en la base de la FAP. Lamentablemente, el campo está cerrado por temas administrativos, así que estamos esperando, si no tendré que ir a España.
¿Cuánto les ha afectado el cierre de Las Palmas?
Es una pena, eso nos tiene mortificados porque es la primera vez que Perú tenía una ventaja competitiva con competidores del resto del mundo. Ese campo es una réplica del que se va a usar en Tokio, es uno de los mejores del mundo, pero escapa de nuestras manos.
¿Hay desventaja en comparación con otros países?
Europa es la meca del tiro, España e Italia son potencias en este deporte, y lo más importante es que hay un mayor número de gente que lo practica. La desventaja del tiro en Latinoamérica es la falta de competencias de alto nivel, el roce internacional es fundamental y eso se encuentra en Europa.
¿Quiénes son tus principales rivales en Tokio?
Decir un solo rival sería engañar, a Tokio van 29 y son los mejores del mundo. Creo que los que estamos clasificados (él, Marko Carrillo y Nicolás Pacheco) tenemos opciones de darle a Perú su quinta medalla, solo tenemos que estar concentrados ya que, a ese nivel, un punto te puede sacar de un podio.
¿La pandemia afectó tu preparación?
La parte técnica del tiro es imposible practicarla en cuarentena, por lo que solo me dediqué a la parte física, haciendo entrenamiento funcional 4 veces por semana y boxeo. Además, en la parte mental tengo reuniones constantes con mi psicóloga. Cuando ya se abrieron los campos, se volvió con fuerza; en ese sentido, tengo que agradecer al IPD por su apoyo.
¿Qué tan importante es la parte mental en el tiro?
El tiro es un deporte en el que una vez que cometes un error tienes que seguir remando e intentar no cometer otro porque 2 o 3 te pueden dejar fuera. Así que se deben trabajar cosas como la tolerancia al fallo, el miedo al error, ese tipo de cosas e trabajan con un profesional para llegar a tope y dominar una situación de estrés.
¿Qué fue lo más complicado de retomar la actividad?
Los viajes. Si de por sí viajar a otro país con un arma es difícil, imagínate con protocolos, se vuelve más tedioso aún.
Tuviste un problema con eso en México, ¿verdad?
Sí, fue el Campeonato de las Americas 2018 en México. Sabíamos que las municiones iban a ser de mala calidad por lo que decidimos llevar nuestras propias municiones, ya que nos jugábamos el pase olímpico. Pero, al parecer había una prohibición de llevar municiones a México, así que nos retuvieron como 12 horas hasta que la Federación mexicana nos ayudó. Estuvimos a punto de pasar la noche en el calabozo, incluso parecía que ya nos iban a iniciar un proceso, pero felizmente nos soltaron a las 2 a.m.
Igual tuvieron éxito...
Sí, competimos con los cartuchos malos y campeonamos no solo en individual, donde conseguí el pase a Tokio 2020, sino también por equipos, algo que no pasaba desde 1981.
¿También tuvieron problemas con el clima?
Sí, justamente había habido un huracán hace unos días, así que había bastante viento, incluso el primer día hubo lluvia. Los platos salen a 100 km/h y el viento los mueve, entonces a veces uno ejecuta de manera correcta y falla. Una de las condiciones más complicadas para disparar es el viento, pero bueno, tuvimos suerte en ese sentido también.
Recordando Lima 2019 ¿Alguna vez habías competido en un escenario así?
Nunca, todos los que participamos en Lima 2019 tenemos un recuerdo imborrable de lo que es competir ante tantas personas. Fueron casi 1 500 personas los que fueron a ver el tiro y nosotros sabíamos que no se iba a repetir nunca y que había que disfrutar al máximo. A mí me faltó un plato para poder disputar medalla, pero en general nos fue bien a todos.
¿Por qué ya no tenemos tantos tiradores como hace 30 años?
Lo que necesitamos es mayor exposición y dar posibilidades para que la gente que lo quiera practicar lo haga. El tiro ha ido evolucionando, ha llegado a un punto de perfección al que Perú no ha llegado. Hace 40 años no veías delegaciones con masajistas, preparadores físicos, entrenadores técnicos, psicólogos, hoy es raro no ver equipos con ello. Aquí, a veces el deportista mismo tiene que buscar sus competencias, ir a agencias de viajes, etc. Esos son los detalles que hacen la diferencia a este nivel, es un trabajo que hay que ir visualizándolo para que las autoridades vean que es necesario para equiparar un poco las cosas.
¿Disparas siempre con la misma arma?
Compito con la misma desde el año 2015. Después de Tokio voy a cambiarla a un modelo más reciente, así que la de ahora tendré que enmarcarla. El chaleco con el que disparé en Lima 2019 es también el mismo que uso ahora, pero en Tokio no lo podré usar porque no permiten sponsores.
De todos los países que has visitado, ¿qué experiencia guardas con cariño?
Fue emocionante disparar este año en Egipto, en un lugar muy cercano a las pirámides, se sentía una mística diferente fue emocionante. Además, hace unos días disparé en la misma cancha donde Juan Giha ganó una medalla de plata en Barcelona 1992, sentí una emoción enorme, fue una experiencia inolvidable que me sumó mucho para Tokio.
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