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Man Bok Park: el inolvidable partido en el que llevó a Perú a una final olímpica [VIDEOS]

Revive los momentos del histórico encuentro. La selección de voley, de la mano del entrenador coreano, se enfrentaba a Unión Soviética en la final de los Juegos Olímpicos de Seúl 1988.

Una madrugada de 1988, el Perú entero vibró a miles de kilómetros de distancia de una selección peruana de voley que hacía historia de la mano de Man Bok Park, entrenador coreano que hoy falleció y puso de luto al deporte nacional.

Aquel jueves 29 de septiembre, millones de peruanos prendieron sus televisores esperanzados para ver la final de los Juegos Olímpicos de Seúl ’88 ante la selección de Unión Soviética. El objetivo estaba más cerca que nunca. Días antes, le habíamos ganado nada menos que a Brasil y a China, vigente campeón en ese entonces. El desenlace lo repasamos en esta nota.

Por los partidos en los que Perú había ganado en la previa, llegaba como favorito para llevarse el oro. Sin embargo, el equipo que estaba en frente también venía robustecido y con un técnico conocido años después por su capacidad de motivar a sus jugadoras en momentos claves. Este partido fue un claro ejemplo de ello.

Nuestras representantes tuvieron un inicio de ensueño. Los dos primeros sets los ganaron 15-10 y 15-12. De la mano de Man Bok Park, el equipo destilaba talento y hambre de gloria. El objetivo estaba muy cerca, a solo un set.

Sin embargo, una envalentonada y dura Unión Soviética empataría el partido a dos sets por lado. Su técnico, Nikolai Karpol, se robaba la atención de las cámaras. Su forma de alentar y vitalizar a sus dirigidas, se dice, ayudó a que puedan salir del letargo.

Llegaba el set final que definiría al país campeón de Seúl ’88 y en todo el mundo se vivía minutos de infarto. La selección de voley de Perú, con las indicaciones de Man Bok Park, se puso delante por 13-8. Pero no sería suficiente. El equipo soviético voltearía el partido 17-15. El técnico peruano, sentado, miró a la nada mientras las cámaras lo enfocaban. Estuvimos cerca.

De esta forma Perú alcanzaría la medalla de plata en Seúl ’88. La derrota no fue motivo de desmedro. Nuestras representantes jugaron un gran campeonato y llenaron de orgullo a una nación entera. Sin duda, fueron los partidos que hicieron que el entrenador coreano se gane el corazón no solo de sus seleccionadas, sino de todo un país entero que le estará agradecido por siempre.