La fuerza vencedora. Sporting Cristal venció 1-0 a Sport Huancayo con un solitario tanto de Renzo Revoredo y se consagró campeón del Torneo de Verano.,El verano no acaba, por lo menos no para Cristal. Es de noche pero el calor de la gente hace pensar que el brillo también puede ser el reflejo de esta copa que levanta un plantel cervecero que se quiere hacer adicto al éxito. El premio mayor para un equipo que demostró ser mejor que el resto, que se acomodó a la revolución que trajo Mario Salas, el chileno que se empieza a meter en el corazón celeste. Un DT que pasó antes por el rugby y que aplica la tecnología para la perfección. Un drone y unos lentes son solo elementos para ver mejor el futuro. PUEDES VER Sporting Cristal es campeón del Torneo de Verano 2018, venció a Sport Huancayo [RESUMEN] Desde un palco, porque estaba expulsado, Salas veía como su plan perfecto se concretaba. Aunque no fue con goleada, tampoco por demolición pero ganar bastaba para celebrar, para que la noche sea celestial. Es una raza de campeón, la fuerza vencedora que no es solo slogan o frases motivacionales, sino que en este último lustro dicta la verdad. Supremacía sobre el resto, dominio. Pero no podían celebrar antes de tiempo. El empate 1-1 en la Incontrastable dejaba el camino libre pero faltaba concretar la tarea. Hasta que no está el punto final no se ha cerrado el libro, tampoco la historia. Y ahora no lo puso un delantero de moda, tampoco estos volantes con llegada sino un defensa salvador que apareció con la llave secreta para romper un cerrojo que parecí inquebrantable. En el primer tiempo, la ansiedad consumía las oportunidades de Cristal. O también la mala suerte. Como ese tiro de Emanuel Herrera que choca en un defensa y luego besa el palo para salir. No todos los besos son dulces. Después empezó el show del ‘Gato’ y sus siete vidas. El arquero de Sport Huancayo, Joel Pinto, bloquea un tiro libre de Gabriel Costa como si fuera una granada. La bota para desactivarla. Tampoco se puso nervioso cuando el defensa Merlo saca su alma goleadora e intenta de cabeza. Pero el imperio wanka ha basado su éxito en la unión. Como en ese cierre de Clord Cleque cuando Pinto ya miraba de lejos el balón. Cuando pasó el miedo escénico, les tocó actuar. El equipo de Marcelo Grioni recordó los argumentos que lo han llevado a esta final, la primera en la historia del club. Un tiro libre que avisa el despabilo de la visita. Marcos Lliuya aparecía como protagonista en este intento de hazaña. Un tiro suyo pasa cerca del travesaño de Álvarez para terminar con susto los primeros 45 minutos. En el complemento ha pasado hasta lo improbable: que Herrera, el artillero del Torneo de Verano con 17 tantos, falle una ocasión increíble. Era más fácil meterla, pero la botó cuando estaba en el área chica. Después el ‘Gato’ gastó una de sus vidas al salvar el tiro libre de Costa que se metía a media altura. Pero ni un minuto después, Cazulo deja solo a Renzo Revoredo para que derrumbe ese muro apellidado Pinto. Gol y el título muy cerca, al alcance de la mano, mientras el Nacional era una marea celeste que iba al ritmo de esta sensación gloriosa. Revoredo cambia las críticas por los elogios, los silbidos por los aplausos, el silencio por el éxtasis. A los 17’, una roja deja sin color al ‘Rojo Matador’. Carlos Neumann patea a Cazulo y la tarjeta los deja con uno menos. Grioni tiene que replantear y saca a una de sus cartas más poderosas: Jean Deza. Sin ases bajo la manga, era cuestión de esperar y buscar un milagro. El favorito era Cristal, este equipo de números casi perfectos, que marcó en todos sus partidos, que pasa con acierto de esas transiciones entre defensa y ataque y que apostó por el desequilibrio por las bandas como el primer mandamiento. Después de la expulsión fue otro partido, donde Cristal empezó a dominar desde la posesión y entró Carlos Lobatón para manejar los tiempos. Pero solo esperar que avance el reloj es siempre peligroso, aunque al final, el grito liberador de campeón sea solo de Cristal.