Desde muy pequeño, Ángel Cano Chahuayo aprendió lo que era el valor del trabajo duro. Hijo de una pareja de agricultores, vivió toda su infancia y parte de su adolescencia en la localidad de Cabanaconde, ubicada en el valle del Colca, en la provincia de Caylloma, departamento de Arequipa. Para ayudar con los gastos del hogar, aprendió a usar herramientas de construcción a corta edad. Esto le permitió ganarse sus primeros cachuelos a los 11 años. Con el objetivo de conseguir mayores oportunidades laborales y educativas, viajó a Lima y se estableció en el distrito de La Victoria.
Tuvo que trabajar arduamente en el mercado de frutas para poder salir adelante. Años más tarde, y con el deseo de conseguir lo que no pudo en Lima, Ángel dejó el Perú y se fue a vivir a los Estados Unidos. Aunque inició desde cero, ahora lidera su propia empresa de construcción. Conoce la historia de éxito de este arequipeño.
Ángel Cano nació en una familia numerosa en la ciudad de Arequipa. A su corta edad, empezó trabajando en construcción para ayudar económicamente con los gastos del hogar. “Somos una familia muy numerosa. Somos 11 hermanos, uno ha fallecido y todos nosotros hemos vivido en Cabanaconde, de manera bastante austera. La economía en ese momento no era tan buena”, reveló en una conversación con Andina.
A sus 18 años, y tras culminar sus estudios, Ángel decidió dejar su ciudad natal y viajar a Lima, la capital del Perú, en busca de nuevas oportunidades. Así, llegó al distrito limeño de La Victoria. Gracias a la ayuda de un tío, logró conseguir trabajo como cargador de cajas de frutas en uno de los mercados de dicha jurisdicción.
Ángel Cano trabajó en un mercado de La Victoria cargando cajas de frutas y hoy triunfa en Estados Unidos. Foto: Facebook/ Cabanaconde City Colca
"Tenía un tío que trabajaba en el mercado de frutas y yo era cargador de frutas, vivía en un cerro, en La Victoria", comentó el arequipeño.
En medio del ajetreo del trabajo, Ángel conoció a su futura esposa, con quien se casó años después. Aunque pudo solventarse económicamente con su trabajo en el mercado y otros oficios temporales, el peruano tomó la decisión de dejar el país y emprender un nuevo futuro en los Estados Unidos.
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Cuando Ángel llegó a los Estados Unidos, se estableció en el estado de Maryland. Allí logró conseguir trabajo en una empresa de pintura junto con su tío. Aunque inicialmente el idioma fue un reto desafiante, llevó clases gratuitas de Inglés en una iglesia de la comunidad. Posteriormente, pudo perfeccionar sus habilidades lingüísticas en una institución educativa.
Dado que el negocio de la construcción fue todo un éxito, Ángel fundó Maryland Handyman Services, una empresa dedicada a la remodelación de viviendas en diferentes localidades de los Estados Unidos.