Yanbal, una de las empresas de cosméticos más importantes en Perú, inició su historia en 1967 gracias a Fernando Belmont, un joven muchacho de 19 años que más allá de ver una idea de negocio en el rubro de belleza, quiso dar a conocer el potencial y talento de la mujer peruana. Entérate cómo fue el crecimiento de Yanbal hasta la creación de Unique y otros emprendimientos.
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Todo inició con Ramón Belmont, quien manejaba la sucursal Helena Rubinstein en Perú. Cuando su hijo Fernando Belmont decidió unirse a dicha franquicia, este notó que la importación de productos desde Francia ocasionaba pocas ganancias.
Por dicha razón, se optó por crear una nueva empresa desde cero en 1967. Esta vez con productos creados en Perú y con las mujeres como protagonistas.
Aunque Yanbal inició con una estrategia de venta directa de cosméticos por mujeres, Fernando Belmont se percató de que las familias peruanas no veían con buenos ojos a una marca desconocida vendiendo cosméticos en las puertas de su casas.
Por tal motivo, Fernando Belmont ideó un nuevo modelo de negocios conocido como ‘party plan’, en el que una persona invitaba a un grupo de amigos para ofrecerles productos y, en dicho hogar, se concretaba la venta.
Con el transcurso de los años, Yanbal creció en el Perú satisfactoriamente; sin embargo, la empresa tuvo complicaciones años posteriores.
“Les estaba yendo bastante bien hasta que, en algún momento en la época de Velasco, fue muy complicado hacer negocios en Perú y se fue a Argentina. Después de seis años allá, le fue muy difícil montar la marca y volvió a Perú, donde su hermano (Eduardo Belmont) estaba a cargo, así que él fue a abrir Yanbal en Ecuador, Colombia y Bolivia”, explicó la nieta de Fernando Belmont, Daniela Aguirre.
Debido a que Eduardo Belmont estuvo al mando de Yanbal en Perú, la empresa pasó a llamarse Unique y de igual manera continuó su expansión por toda Latinoamérica hasta su llegada a Estados Unidos, mercado difícil, según los propietarios.
Yanbal: ¿cómo pasó de ofrecer cosméticos de casa en casa a ser una exitosa empresa internacional?
En 1988, Eduardo Belmont decidió emprender una propia empresa de cosméticos a la que decidió llamar Belcorp. Con el transcurso de los años, Belcorp se convirtió en competencia directa de Yanbal: “Mi hermano se quedó al frente de la compañía y cuando regresé teníamos diferentes puntos de vista de hacia dónde debía ir. Él optó por independizarse”, manifestó Fernando Belmont a La República.
Eduardo Belmont es dueño de Belcorp. Foto: composición LR/Belcorp
Según un artículo publicado en 2014 por el entonces decano de la Facultad de Economía de la UPC Daniel Córdova, uno de los momentos más importantes en los inicios de Aquilino como productor de prendas de vestir fue cuando un comerciante de Desaguadero, la ciudad fronteriza entre Perú y Bolivia, le solicitó producir 10.000 camisetas de colores.
En 1986, los hermanos Flores inauguran la primera sede de Topy Top en la ciudad de Lima. Posteriormente, abrieron tiendas en Arequipa, Piura, Trujillo y otras regiones del país.
Aquelino Flores comenzó vendiendo ropas en las calles de Lima. Foto: captura YouTube / Senati
“Teníamos clientes en casi todos los departamentos. Nuestros vendedores mayoristas progresivamente fueron penetrando el mercado y nos demandaban variedad de productos. Decidimos comprar máquinas circulares, tintorerías y todo lo necesario para garantizar la calidad de la tela. Esto nos dio el soporte necesario para desarrollar la calidad total, pues ya habíamos desarrollado bien la manufacturación y el estampado”, aseguró a la revista Líder.
En 1995, inauguran una planta modelo para exportar sus productos a Argentina, Chile, Brasil, Ecuador, Paraguay, entre otros. Para el 2005 se convirtió en el primer exportador de productos textiles y confecciones del Perú. Dos años más tarde, en 2007, la empresa pasa a llamarse Topitop. Actualmente, tienen 70 tiendas en el territorio nacional y cuentan con más de 10.000 empleados.
Nació en la provincia de Huari, en la región de Áncash. A la edad de 11 años, en busca de un mejor futuro, dejó la casa de sus padres y viajó a Lima. A los 20 años, se volvió vendedor ambulante en el distrito de Magdalena.
En 1994, puso su primera peluquería al lado de su tienda de plásticos. Esta se llamaba Vitto’s. Lamentablemente, el negocio fracasó en menos de un año y cerró. No obstante, el ancashino no se dio por vencido y volvió a abrir las puertas de la peluquería tiempo después. Consciente de la posibilidad de fracasar nuevamente, Montalvo se mantuvo en el rubro de los plásticos.
En 2001, en un viaje a Chile, se topó con una feria de belleza que cambió su visión empresarial. Al llegar a Lima, inauguró su segundo local en el distrito de Jesús María e hizo el cambio del nombre, ahora se llamaría Montalvo Salón & Spa. Así fue que nació la exitosa cadena de salones de belleza.