El café es una de las bebidas favoritas de millones de personas en todo el mundo para cualquier momento del día, sobre todo en el desayuno para arrancar la jornada con energía. Ya sea si lo compras en grano o molido, quizá te hayas dado cuenta de que la parte superior del paquete presenta a menudo unos curiosos agujeros.
¿Para qué sirven estos orificios? Aunque pareciera que fueron colocados solo porque sí, la verdad es que cumplen un rol fundamental para que podamos disfrutar nuestro café sin mayores inconvenientes. A continuación, te explicamos por qué.
Los agujeros del paquete de café son en realidad una válvula incorporada al empaque que resulta importante durante el envasado y conservación del producto. Su función es protegerlo de sus propios efectos.
El café es un alimento muy sensible y, si fallase alguna de las fases de su producción desde el momento del cultivo, su sabor y calidad pueden verse seriamente afectados. Cuando sus granos son tostados, liberan dióxido de carbono, un gas imperceptible para el ser humano, pero que puede perjudicar al producto.
La válvula de la bolsa de café permite el escape del CO2 que desprenden los granos. Foto: La Mejor Hora
Si tuviéramos los granos dentro de un paquete sellado herméticamente y sin agujeros, todo ese CO2 se quedaría dentro y degradaría al café más rápidamente, afectando su olor y sabor debido a la humedad y otros factores ambientales, según explica el portal especializado en comida PureWow. Además, la bolsa se hincharía.
La válvula del empaque es de un solo sentido, de forma que se pueda expulsar el dióxido de carbono y, al mismo tiempo, se proteja al producto del oxígeno y la humedad externos. Gracias a este dispositivo, queda fresco y protegido por mucho tiempo, y puede soportar largos viajes para llegar a tu taza con todo su delicioso sabor.
Por este motivo, lo recomendable es conseguir empaques que presenten estos orificios en su parte superior. Si el tuyo no cuenta con uno, lo mejor será consumir su contenido lo más pronto posible y, si aún queda algo tras abrirlo, vaciarlo a un recipiente hermético.
Si aún te queda café, debes guardarlo en un recipiente hermético. Foto: Seven Coffee Roasters
Una bolsa de café molido puede tener un tiempo de vida útil de cinco meses o, incluso, de dos años si se ha mantenido cerrada dentro de un refrigerador. En cambio, un empaque de café en grano puede durar entre seis y nueve meses, o hasta dos años en el congelador.
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Recordemos que este producto en sí no caduca, pero va perdiendo sus propiedades de sabor y olor, además de exponerse al riesgo, en el caso del molido, de la formación de pequeñas motas de moho que podrían provocar intoxicaciones leves a quien lo consuma.
El café molido puede presentar moho cuando ha pasado demasiado tiempo y no ha sido conservado en condiciones óptimas. Foto: EnjoyJava
El café molido que queda como residuo tras prepararnos una taza en la cafetera puede reutilizarse para la producción de biocombustibles o, incluso, para la confección de artículos como tazas, platos y vasos. También puedes emplearlo en la elaboración de composta y de insecticidas caseros, así como para eliminar los malos olores del refrigerador.