‘Gringo’ es una de aquellas palabras que se ha generalizado más por a quién está dirigida que por quienes la dicen. A pesar de ser un coloquialismo, está presente en el diccionario de la Real Academia Española por su amplio uso, precisamente, de quienes hablamos la lengua ibérica.
Muchos apuntan a que se trata de una palabra relativamente reciente y, aunque se ha oficializado para referirse a los extranjeros, ha estado, desde ya un buen tiempo, dirigido a los estadounidenses.
El término gringo es usado para referirse a personas cuyo idioma nativo les hace difícil la pronunciación natural en español. Foto: Grupo La Provincia
Si bien la RAE indica que gringo puede hacer referencia a cualquier parlante de una lengua que no sea española, en la práctica, ha estado asociado con Estados Unidos, especialmente en tierras como las mexicanas.
Todo esto tiene una razón que enlaza al término con una leyenda, de la cual no hay mucho consenso, pero sí algo que se puede desmentir fácilmente.
Una creencia popular es que el término “gringo” nació en las Américas, precisamente durante la intervención estadounidense en México, también llamada guerra de Estados Unidos y México, disputada a mediados del siglo XIX.
Fue durante esta guerra cuando Estados Unidos arrebató gran parte del territorio de Norteamérica a los mexicanos, incluidas Texas (que buscaba su independencia), Nuevo México, California y otros actuales estados adyacentes (antes mexicanos).
Toma de la Ciudad de México. Foto: DSLoan/Adolphe Jean-Baptiste Bayot
Como era de esperarse, los mexicanos guardan un triste y profundo recuerdo por este conflicto que les significó perder la mitad de su territorio. Es en este contexto en el que se sitúa el mito del “green, go home”.
Según este relato, la palabra ‘gringo’ proviene de una abreviación de la expresión “green, go home” (verde, vete a casa), la cual se habría hecho popular entre los habitantes mexicanos que veían llegar a los soldados estadounidenses.
De acuerdo al mito, estos llamaban ‘greens’ (verdes) a la infantería de EE. UU. por el color de su uniforme. La frase significaría entonces: “verdes, váyanse a casa”, como un grito de exigencia a estos para que abandonen la invasión.
Uniformes militares de México y Estados Unidos durante la guerra iniciada en 1846. Foto: Memoria Política de México
El mito se sostiene del supuesto de que algunos batallones estadounidenses usaban casacas verdes y que gritaban “green go” como grito de guerra; sin embargo, no hay ninguna referencia histórica que afirme esto.
De hecho, el Ejército estadounidense empleaba ya por entonces el uniforme oficial de color azulino (el cual también usaron durante la Guerra civil).
Evolución de los uniformes militares de Estados Unidos. El color verde no apareció hasta el siglo XX. Foto: Business Insider
Según apuntan las referencias oficiales y muchos artículos de fact-checking, la palabra ‘gringo’ viene del viejo mundo, específicamente de España, donde ya se utilizaba en un estilo cercano al actual durante el siglo XVIII.
La primera aparición de la palabra gringo en un diccionario castellano data de 1787. Allí, se le define así a los gringos: “Llaman en Málaga los extranjeros que tienen cierta especie de acento, que los priva de una locución fácil y natural Castellana; y en Madrid dan el mismo; y por la misma causa con particularidad a los irlandeses”.
Significado de gringo en diccionario español de 1787. Foto: Milenio.com
Un siglo más tarde, otro diccionario, esta vez de Argentina (el Vocabulario dioplatense razonado de 1890), lo definía así: “término vulgar con que se nombra al extranjero cuya habla difiere totalmente del castellano, como el inglés, el alemán, el francés, el italiano”.
El uso de esta palabra se extiende en la edición oficial del Diccionario de Habla Inglesa de Oxford, que derivó su significado de los diarios occidentales de John Woodhouse Audubon, quien reportó que, mientras pasaba por Veracruz con su cuadrilla, le gritaban “gringos”.
La teoría más aceptada, sostenida por el etimólogo español Joan Corominas, plantea que el término deriva del griego: “graecum est; non legitur”, un proverbio usado en la edad media para señalar que los ciudadanos no debían leer párrafos del derecho romano (es griego, que no lea).
La expresión evolucionó de griego a grigo, y luego de grigo a gringo, según el experto. Esta última sería la más problemática de confirmar, puesto que podría derivar de una práctica del francés antiguo (por ejemplo, del paso de Gregorie a Gringoire) o de la costumbre en español coloquial de suprimir las ‘n’ (por ejemplo, de gordiflón a gordinflón).