Desde principios del 2016 y hasta la actualidad, Países Bajos es considerado el primer país del mundo en donde la existencia de perros callejeros ha pasado a la historia. Este importante logro es una gran inspiración para naciones como el Perú, en donde todavía existen altos índices de abandono animal. Solo para poner un ejemplo, Lima cuenta con aproximadamente 4 millones de perros sin hogar, según la asociación Voz Animal.
Cabe resaltar que esta gran hazaña de su Gobierno no se logró de la noche a la mañana. En los Países Bajos llevan luchando por los derechos de los perros desde el siglo XIX, pues durante esa época la cantidad de canes en la región era de las mayores de Europa.
Esto trajo como consecuencia un preocupante brote de rabia entre la población neerlandesa, que sumado a las escasas medidas higiénicas, se convirtió en una de las principales causas de mortalidad de la zona. El miedo a una posible pandemia provocó que la población empezara a abandonar masivamente a sus mascotas, lo que con los años se volvió una tendencia bastante arraigada.
Frente a esta preocupante problemática, el Gobierno de Países Bajos decidió poner manos a la obra y, junto con organizaciones animalistas, comenzó a trabajar en un programa multifactorial basado en los siguientes principios:
Lo primero que hicieron fue impulsar una campaña estatal de esterilización de perros callejeros totalmente gratuita (de la que además se podían beneficiar las mascotas con un hogar). Esta medida sirvió para minimizar el nacimiento de nuevos cachorros en condiciones de abandono.
En Holando se realizan campañas de adopción de perros. Foto: portalveterinario
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También se creó una de las leyes más duras de Europa en este ámbito: la Ley de Salud y Bienestar Animal, que prohíbe a los dueños abandonar a sus mascotas bajo una multa que puede superar los 16.000 euros. Incluso, para los casos más graves de crueldad animal, la legislación del país ha impuesto pena de cárcel que supera los tres años.
Otra de las medidas más destacadas fue la de establecer altos impuestos en las compras de perros de raza o pedigree. De este modo, se consiguió desalentar el negocio alrededor de la vida animal y fomentar una adopción más integradora para los caninos callejeros.