En un hecho histórico. Luego de varios intentos de venta, un proceso de reestructuración y liquidación concursal ante Indecopi que tardó 13 años, el Complejo Metalúrgico de La Oroya (CMLO) pasa a manos de sus extrabajadores.
En el mes de junio se dieron acreencias a 1.305 exempleados de la refinería y el lunes 17 de octubre se transferirán los activos a 1.250 más. ¿Cómo lograron convertirse en dueños de la refinería? Conócelo en la siguiente nota.
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Para comprender el por qué de la decisión de entregar el Complejo Metalúrgico de La Oroya a sus extrabajadores, debemos remontarnos a los hechos que hicieron que Doe Run Perú llegara a este punto.
The Renco Group Inc. (Renco), compañía estadounidense, se encargó —mediante su filial Doe Run Perú— de adquirir La Oroya en procesos de privatización que se dieron en el año 1997, cuando Alberto Fujimori estaba en el poder.
Aunque inicialmente fue la mexicana Peñoles quien adquirió el complejo metalúrgico, Doe Run Perú finalmente tomaría las riendas, ya que la primera desistió de su decisión de compra.
La polémica arbitral con el Estado peruano inició debido a las solicitudes de operaciones y medidas de remediación ambiental que les fueron solicitadas, específicamente, debido a la petición de determinados Estándares de Calidad Ambiental del Aire que debían respetarse en el complejo.
Doe Run Perú y trabajadores del complejo metalúrgico, La Oroya. Foto: composición LR/Rumbo Minero/Dipromin
Ello, pese a que la empresa se había comprometido a ejecutar una serie de programas de mejora ambiental, la cual había dejado planeada su antecesor, Centromin Perú.
Según explicó en el 2015 el exministro del ambiente Javier Pulgar Vidal, la principal causa por la que Doe Run no estaba dispuesta a aceptar los lineamientos de calidad del aire fue porque el complejo tenía maquinaria muy antigua y casi en estado obsoleto. Dicha tecnología debía entonces ser cambiada, lo cual significaba una gran inversión, con la que no contaba la empresa.
Doe Run Perú, al perder una y otra vez con el Estado, de no lograr vender La Oroya a ningún postor y de encontrarse sumida en muchas deudas, incluyendo con sus trabajadores, somete al complejo a un proceso de liquidación.
En el verano del 2022, finalmente, la Comisión de Procedimientos Concursales del Indecopi designó a la empresa Consultores A-1 SAC para que ejerza el mandato como liquidadora de Doe Run Perú.
A los extrabajadores de la empresa minera se les ofreció pegarse a la adjudicación en pago, mediante la cual se convertirían en accionistas directos de La Oroya. De acuerdo con la Sunarp, este mecanismo es un acuerdo de voluntades dirigidas a extinguir una obligación, mediante el cual un acreedor —en forma voluntaria— acepta que su deudor le entregue un predio a fin de que este pueda cumplir total o parcialmente con una obligación de pago de otra naturaleza.
La Oroya es una ciudad que funge como capital del distrito del mismo nombre, y pertenece a la provincia de Yauli en el departamento de Junín.