En los últimos años, con la apertura e importancia que se viene dando a la salud mental, también se está dando un espacio gradual al aspecto sexual, ya sea de un individuo o de una pareja. No obstante, a pesar de que se hable de un sexólogo o una sexóloga, muchas personas no conocen exactamente en qué puede ayudarlos uno de estos profesionales.
Dudas como ¿en qué me pueden ayudar?, ¿qué debo tener para recurrir a uno de estos profesionales?, son comunes. En caso tengas curiosidad por capacitarte en sexología y ejercerla, puedes tener interrogantes sobre el campo laboral, el salario, centros de instrucción, entre otros.
Para ello, La República conversó con Christian Martínez Monge, psicólogo clínico de la PUCP, sexólogo y educador en sexualidad, miembro de la Asociación Peruana de Sexología, salud y educación sexual (APSSES), para obtener algunas nociones al respecto y de alguna manera dar respuesta a las interrogantes planteadas.
Según indica Martínez Monge, un sexólogo es un profesional capacitado y/o especializado para evaluar, diagnosticar, tratar y brindar un acompañamiento ante una problemática vinculada a un tema de sexualidad y salud reproductiva de una persona y que está generando malestar en su día a día, ya sea en su salud física y/o mental.
En el Perú, quienes lo ejercen son profesionales en el campo de la salud que se han especializado en sexología. Ello porque en nuestro país no existe dicha carrera (pregrado) y, dada su formación en salud sexual, reproductiva y educación sexual, se abarcan todas las etapas de la vida, pudiendo tener como pacientes a niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad.
El experto indica que un sexólogo o una sexóloga puede desempeñarse principalmente en:
Asimismo, según el Portal estudia Perú puede trabajar en:
Normalmente, el promedio de una consulta de manera privada ronda los 150 soles a más por un promedio de una hora. Las sesiones dependen de la problemática, siendo similar a un tratamiento psicológico. No obstante, suele darse en el ámbito privado y no suele hallarse en los servicios públicos como los hospitales. Un profesional en sexología puede tener de cinco a ocho consultas aproximadamente y labora unos cinco días a la semana, lo cual arroja un monto promedio de 3.750 a 6.000 soles.
Ahora bien, según información del portal Estudia Perú, las cifras según el campo laboral son las siguientes:
El especialista debe poseer un pregrado en alguna carrera de salud, ya sea alguna rama de la medicina o la psicología. Para garantizar una buena praxis deben realizarse centros avalados por asociaciones o sociedades de sexología. En el Perú está la (APSSES) que pertenece a la Federación Latinoamericana de Sociedades de Sexología (FLASSES), institución que garantiza la especialización temas de sexología.
Asimismo, existen instituciones asociadas a universidades extranjeras, como Argentina, Colombia, Puerto Rico, Estados Unidos, Venezuela, México y España, que brindan especializaciones y diplomados.
En ese sentido, el portal Estudia Perú, señala que existen universidades que brindan maestría en temas relacionados, como por ejemplo salud sexual y reproductiva. Algunos de los centros de estudios son:
Así como maestrías online en Sexología Clínica y Terapia de Parejas:
Martínez Monges señala que “la duración puede ser de un año o dos dependiendo el tipo de especialidad que se vaya a llevar y sobre todo depende que la especialización vaya acorde a la formación que se tenga en pregrado”.
Algunas de las fuentes consultadas refieren que usualmente en el Perú se llevan las siguientes especialidades:
La Asociación Peruana de Sexología, Salud y Educación Sexual (APSSES) avala a un profesional si se ha especializado en sexología y cumple una función similar a lo que sería un colegio de sexólogos. Debido a que dicha sociedad cuenta con el respaldo de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Sexología (FLASSES) y la Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS), en el Perú existen 46 profesionales inscritos, incluidos psicólogos, médicos, obstetras, que se desempeñan en su mayoría como terapeutas, educadores e investigadores.
La ginecóloga Vicky Vásquez explica que cuando una persona que ya ha tenido sexo deja de tenerlas, se puede notar un cambio de elasticidad porque baja la lubricación: “La presión de las paredes de la vagina puede cambiar, entonces, esto puede hacer que con el tiempo pueda ser menos laxa”, reveló la experta a este medio.