Un año después de la proclamación de la independencia del Perú (1821), el país se encontraba en un panorama incierto ante las guerras e inestabilidad política y económica. El caudillismo, complicidad entre autoridades y el colonialismo, corrupción y demás factores obligaron a Don José de San Martín a tomar medidas drásticas en búsqueda de garantizar el futuro del entonces naciente país.
En la misa celebrada este jueves 28 de julio de 2022 en la Catedral de Lima, el monseñor Carlos Castillo incluyó en medio de su mensaje este fragmento de la historia a modo de llevar a la reflexión a las autoridades que se dieron cita en la basílica.
En 1822, a pesar de haber proclamado la independencia del Perú, los realistas aún representaban una amenaza para el país, sumado a que las autoridades de aquel entonces no lograban ponerse de acuerdo en pos de una mejora para la naciente república. En búsqueda de apoyo, Don José de San Martín se dirigió a Guayaquil el 26 y 27 de julio de 1822 con el objetivo de unificar fuerzas con Simón Bolívar para derrotar a la armada española.
Durante dicha reunión, no lograron ponerse de acuerdo, ya que el libertador argentino consideraba que cada pueblo debía decidir su futuro y se ofreció a luchar bajo el mando de Bolívar, pero este tenía en mente conformar una gran patria, además de oponerse a tener a alguien de la capacidad de San Martín como subordinado.
José de San Martín y Simón Bolívar jugaron un rol vital en los primeros años republicanos del Perú. Foto: El Litoral
Finalmente, ante la negativa de Simón Bolívar, Don José de San Martín optó por abandonar el Perú al sentir que era un obstáculo para el avance del país y supuso que, tras su marcha, el líder venezolano contribuiría a que el Perú pudiera seguir su desarrollo.
Por tal razón, el 20 de septiembre de 1822, dejando a cargo al Congreso Constituyente que había instalado mediante el Decreto n.º 146, el 27 de diciembre de 1821, optó por retirarse del país, enviando misivas a su general Tomás Guido y Simón Bolívar.
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Durante la realización de la misa y tedeum de este 28 de julio, el monseñor Carlos Castillo, ante la atenta mirada del mandatario y la primera dama, incluyó en su discurso el acto de desprendimiento que tuvo Don José de San Martín en 1822 ante la inestabilidad que atravesaba el país y sentir que había gente más preparada que él.
“San Martín, preocupado por el alto costo del sufrimiento humano que implicaba la prolongación de la guerra, pidió ayuda a Bolívar, con humildad y responsabilidad”, mencionó citando al historiador Jorge Basadre.
No obstante, el arzobispo de Lima acompañó su mensaje con una reflexión. “Apreciando este gesto y actitud desprendida de San Martín, consideremos, pues, acaso, ¿no es también urgente hoy este desprendimiento? ¿Acaso no extrañamos la presencia de esa generosidad en toda la dirección nacional, en cualquiera de sus niveles, especialmente en la esfera política y pública? ¿Acaso no falta cultivarla en la vida social, económica, cultural, educativa e incluso religiosa de todo responsable institucional?”, exhortó durante la homilía.
Presidente Pedro Castillo estuvo presente en la misa por Fiestas Patrias. Foto: Presidencia del Perú