La aparición de la viruela del mono y su propagación, con el aumento de casos en Europa, Estados Unidos y Australia, han hecho surgir la duda sobre si el mundo deberá enfrentar una nueva pandemia, cuando aún no hemos dejado atrás a la COVID-19. Si bien el virus era de carácter endémico, puesto que solo se limitaba a las regiones de África occidental y central, ahora este nuevo escenario sorprende y preocupa.
Ya no se tiene en claro cómo es que las personas se están contagiando, porque se tenía estipulado que los casos que habían surgido en otras partes del mundo podían vincularse a personas que habían viajado a países afectados y la habían traído a casa.
En la comunidad científica parece haber bastante consenso sobre lo lejos que estamos de que la viruela del mono se convierta en otra pandemia.
Brian Ferguson, profesor del Departamento de Patología de la Universidad de Cambridge en Reino Unido, aseguró a BBC Mundo que esto es una improbabilidad.
El primer motivo es que a diferencia del SARS-Cov-2, que es de tipo respiratorio, la viruela del mono se hace muy difícil de transmitir de persona a persona debido a que se requiere sobre todo contactos estrechos, intercambio de fluidos temporales y roces directos o indirectos con material lesivo infectado.
“La transmisión de la viruela del mono ocurre cuando la persona entra en contacto con el virus a través de un animal, humano o materiales contaminados”, subrayó el galeno.
La segunda razón es la rapidez con la que se detectan los síntomas y con ello se controlan los brotes. En tercer y último lugar, se trata de una enfermedad que se conoce desde 1958 y está más estudiada.
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Si bien los científicos descartan ahora una evolución pandémica, esto no ha implicado bajar la guardia. Puesto que este ha sido el mayor brote de viruela del mono fuera de África y eso requiere tomarse el asunto con seriedad y buscar respuestas científicas, lo cual nos lleva a la siguiente incógnita.
Ante la poca magnitud de los contagios es muy complicado para la ciencia predecir más brotes.
Sin embargo, los expertos insisten en que una vez se identifican los casos y se emiten las alertas sanitarias, debería ser “relativamente fácil controlar los brotes”.
“Ahora que ya se sabe que está circulando y que se ha dado esa información a la sociedad, lo lógico es esperar a que aparezcan más casos puntuales, pero que en el transcurso de cuatro o cinco semanas los casos vayan desapareciendo”, comentó a BBC Mundo Raúl Rivas González, catedrático de Microbiología en la Universidad de Salamanca en España.