Cada 2 de abril se conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo con la finalidad de poner en relieve la necesidad de contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas con trastorno del espectro autista (TEA) en un marco de igual de oportunidades para lograr su desarrollo integral.
Esto es muy importante porque, en pleno 2022, las personas con TEA siguen teniendo que afrontar múltiples barreras en el ejercicio de sus derechos y libertades fundamentales. A menudo se ven privadas de acceso a la educación y al empleo y carecen del apoyo necesario para tomar decisiones autónomas en sus vidas.
El 18 de diciembre de 2007, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró por unanimidad el 2 de abril como el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, con el fin de poner en relieve la necesidad de ayudar a mejorar las condiciones de vida de los niños, niñas y adultos que sufren este trastorno. Además, se busca promover su inclusión en todos los ámbitos de la sociedad como ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho.
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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos del espectro autista son un grupo de afecciones diversas que se caracterizan por algún grado de dificultad en la interacción social y la comunicación. Además, suelen presentar patrones atípicos de actividad y comportamiento; por ejemplo, dificultad para pasar de una actividad a otra, gran atención a los detalles y reacciones poco habituales a las sensaciones.
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Las capacidades y las necesidades de las personas que sufren autismo varían y pueden evolucionar con el tiempo, ya que si bien algunos de ellos pueden vivir de manera independiente, hay otros con discapacidades graves que necesitan constante atención y apoyo durante toda su vida.
En ese sentido, el autismo suele influir en la educación y las oportunidades de empleo. Además, impone exigencias considerables a las familias que prestan atención y apoyo. Las actitudes sociales y el nivel de compromiso prestado por las autoridades locales y nacionales son factores importantes que determinan la calidad de vida de las personas con autismo.
Según cifras oficiales, 15.625 personas padecen el Trastorno del Espectro Autista (TEA) en el Perú, y de esta número, el 90,6% corresponde a menores de 11 años. Por eso, en nuestro país se cuenta con la Ley de Protección de las Personas con Trastorno del Espectro Autista y su Reglamento que fomenta la detección y diagnóstico precoz, la intervención temprana, la protección de la salud, la educación integral, la capacitación profesional y la inserción laboral y social de las personas autistas
Además, cabe mencionar que el año 2019 se aprobó el Plan Nacional para las Personas con Trastorno del Espectro Autista (2019 – 2021), en donde se priorizan servicios de detección, diagnóstico precoz, atención y tratamiento en salud de las personas con TEA. Se incentiva la investigación científica, la educación inclusiva, inserción laboral, la toma de conciencia por parte de las instituciones y la ciudadanía, y, también, se apoya con orientación a los familiares.