Él, té, tú y mí son términos que formulan interrogantes respecto a su tildación y se ve plasmado en grandes errores ortográficos y gramaticales en una redacción. Para que esto no ocurra, y puedas mantener un escrito impecable, desarrollaremos los casos de la tilde, la acentuación diacrítica y especial, sus usos y funciones y las normas impuestas por la Real Academia Española.
Esto al mismo estilo que sostuvimos con cómo, cuándo y dónde, cayó y callo y ‘este’, ‘éste’ o ‘esté que también presentaban la inquietud en su lugar de tildación. Y sin más demora, vayamos a resolver el artículo de hoy y a poner en práctica nuestros conocimientos.
Según la RAE, “se llama tilde diacrítica al acento gráfico que permite distinguir palabras con idéntica forma, pero que pertenecen a categorías gramaticales diferentes”. Es decir, la tilde diacrítica es la que permite distinguir palabras que se escriben igual, pero que tienen significados distintos y presentan diferente pronunciación.
Su uso se da a fin de diferenciar en la escritura ciertas palabras de igual forma, aunque de distinto significado, que se oponen entre sí por ser una de ellas tónica y la otra átona que generalmente pertenecen a categorías gramaticales distintas, tal es el caso de las excepciones: de, te, mi o si, por ejemplo.
Por otra parte, también se aplica esta tilde diacrítica a unas cuantas palabras polisílabas, como los interrogativos y exclamativos cómo, cuándo, cuánto y (a) dónde que forman serie con los interrogativos y exclamativos qué, cuál, cuán, quién.
El caso más conocido de tilde diacrítica le corresponde al monosílabo el. Esta palabra no llevará tilde alguna, bajo ninguna circunstancia, en los casos en donde se utilice como artículo; es decir, en los casos en los que acompañe a un sustantivo al completar la información del mismo, ya que artículo y sustantivo se expresan en igual género (masculino o femenino) y número (singular o plural). Además, la función del artículo es especificar si el sustantivo es conocido (definido) o desconocido (indefinido): “El perro se asomó desde el techo mientras el sol se posaba en lo alto del cielo”.
En caso de que la palabra él refiera a un sujeto, o sea, cumpla el rol de pronombre personal, sí llevaría tilde: “Él me dijo que me quería, luego no lo volví a ver más. Él me mintió descaradamente, pero el tiempo pone todo en su lugar”.
El pequeño perro todavía es cachorro, por eso él tiene mucha energía. foto: eluniverso.com
En el caso de te, solo lleva tilde cuando se trata de la infusión o bebida conocida mundialmente. Cuando, por el contrario, se refiere a la letra del abecedario ‘te’ o cuando se usa como pronombre personal no lleva tilde alguna. Tales son los casos de: “¿Te quiero mucho, me oíste?”, “La te de este teclado parece estar fallando”, “Si me hubieras dicho, te habría ayudado a servir el té, de ese modo no ensuciabas las tes que dibujaste en la hoja”.
El monosílabo tú lleva tilde siempre que se utilice como pronombre personal, es decir, como reemplazo del sujeto. Su uso se da con la intención de reemplazar la tendencia de usar el nombre del sujeto constantemente al evitar así la repetición.
De este modo, la oración “Al parecer, Mario, llegamos todos tarde, pero sanos y salvos. Mario, ¿estás bien?” pasaría a ser: ”Al parecer, Mario, llegamos todos tarde, pero sanos y salvos. Tú, ¿estás bien?”.
En caso de que el monosílabo se utilice como adjetivo posesivo, indicando pertenencia de algo hacia otra cosa, no llevaría tilde. Tal es el caso de: “Oye tú, dame tu celular”.
El caso de mí es similar a los anteriores. Mi no llevará tilde al ser utilizada como adjetivo posesivo para referir pertenencia: " Marcos, escúchame, te estoy diciendo que esas son mis cosas y ese mi asiento”. Además, tampoco lleva acentuación ortográfica en caso de referirse a una nota musical: “El mi de este instrumento parece estar estropeado o desafinado”.
Finalmente, mi lleva tilde en los casos en los que reemplaza a persona, es decir, cumple el rol de pronombre personal. En esas expresiones sí llevará tilde: “A mí sí me importa todo lo que quieras contarme sobre ese tema, amigo mío”.
Te dije que el té debía estar a la temperatura correcta. Foto: difusión.