Los perros, por su naturaleza, son muy juguetones y no ocultan su comportamiento sexual, especialmente cuando son cachorros. Por esta razón, los dueños suelen notar que montan a hembras, juguetes o incluso las piernas de las personas. Aunque muchos creen que la castración resolverá este comportamiento, los perros a menudo continúan con este hábito relacionado con la testosterona.
A pesar de que el lugar no importe, los dueños observan que los perros castrados siguen comportándose como si aún tuvieran intacta la “hormona sexual”. Sin embargo, los especialistas explican que este comportamiento no siempre está relacionado con el celo, ya que puede tener otras causas.
La respuesta es que sí. Según la etóloga Mar Ibáñez, el comportamiento de montar en los perros es principalmente de origen hormonal o sexual, y suele manifestarse durante los primeros años de vida de las mascotas.
Por otro lado, la especialista señaló que cuando los perros montan objetos o las piernas de las personas, esto podría ser un reflejo de algún problema de salud. "En ocasiones, si el animal experimenta molestias en el abdomen o en los genitales, puede frotarse contra cualquier cosa para aliviarse. También pueden ser indicativos de infecciones urinarias o anales, o incluso ciertos tipos de tumores que alteran los niveles hormonales", explica a El HuffPost.
El proceso de apareamiento entre perros implica la interacción de dos órganos sexuales principales: la vagina y el pene. El pene del perro está compuesto por un hueso y un bulbo peneano. Durante la penetración, la eyaculación ocurre en tres fases, con la liberación de espermatozoides en distintas cantidades en cada una de ellas.
En la segunda fase, debido a la compresión venosa y el aumento de la circulación sanguínea, el bulbo peneano se incrementa significativamente de tamaño, lo que provoca que se acople completamente al vestíbulo vaginal, fenómeno conocido como "abotonamiento".
Durante este momento, el macho gira sin retirar su pene de la hembra, de modo que ambos quedan unidas, generalmente de espaldas. Esta acción tiene como objetivo asegurar que la eyaculación finalice correctamente y que la hembra quede embarazada.
La esterilización en perros no es efectiva de inmediato. Después de la cirugía, un perro aún puede ser fértil durante las semanas siguientes. En el caso de una vasectomía, el perro sigue siendo capaz de impregnar a una hembra en celo, por lo que es importante evitar que se acerque a ellas en ese periodo.
El proceso para que un perro esterilizado deje de ser fértil puede tardar varias semanas, ya que los espermatozoides pueden permanecer en los conductos deferentes o las vesículas seminales. Aunque el tiempo exacto varía, generalmente toma entre una semana y 10 días. Una vez que los espermatozoides han sido eliminados, el perro ya no podrá embarazar a una perra, aunque si la cirugía se realizó cuando el perro ya era adulto y había tenido conductas sexuales previas, como montar, es posible que continúe con este comportamiento.
En diálogo previo con La República, la etóloga Marisol León explicó que algunos perros tienen niveles más altos de testosterona, lo que los lleva a exhibir comportamientos como montar objetos, piernas y otros perros, tanto hembras como machos.
Este comportamiento es parte del instinto sexual natural de los machos, relacionado directamente con la testosterona, aunque en ciertos perros, la cantidad de esta hormona es mayor, lo que genera una necesidad más frecuente de realizar estas acciones.
León también aclara que el comportamiento de montar se desarrolla desde que los perros son cachorros, y si no se corrige, puede volverse más invasivo y agresivo en la pubertad. En estos casos, la castración es una solución recomendada. Sin embargo, la etóloga advierte que es difícil erradicar completamente este comportamiento si no se aborda desde temprano.
Si el perro ha tenido esta conducta desde joven, aunque se le realice una castración en la adultez, podría seguir mostrando estas conductas, especialmente si entra en contacto con una perra en celo, debido a sus instintos previos. La modificación del comportamiento depende de la edad del perro, y mientras más mayor sea, más difícil será cambiarlo.