Estudios científicos habrían revelado que el consumo de té podría aportar múltiples beneficios para el organismo. Las investigaciones sugieren que esta infusión asiática puede ser una rica fuente de antioxidantes naturales, especialmente por sus componentes como los flavonoides, y otros, los cuales estarían relacionados con efectos positivos en la salud. Así, el té posiblemente contribuiría a reducir la presión arterial, adicionalmente de ayudar en la prevención del envejecimiento celular.
También, se destacó que el té tendría propiedades antimicrobianas que podrían ayudar a combatir bacterias y virus. Esta bebida de sabor floral se posiciona también como una opción recomendada para mejorar el descanso, ya que, según los estudios, podría favorecer un sueño más reparador.
Té podría ayudar mucho a las personas mayores de 40 años. Foto: Difusión.
Aunque el té verde podría ser la variedad más conocida por sus propiedades medicinales, existen otras opciones que también podrían ofrecer beneficios significativos para la salud. Una de ellas podría ser el té oolong, también conocido como té azul, que tiene su origen en China.
Según Laura González, responsable de Salud y Nutrición de Nestlé, “gran parte de los tés que se comercializan provienen de la misma planta, la camellia sinensis”, tal como se menciona en la plataforma El Cronista. Sumado a eso, se destacó que "la distinción entre té verde, té rojo, té negro o azul se basa en su proceso de elaboración y su clasificación se realiza en función del grado de fermentación u oxidación”.
“El té azul u Oolong es una variedad que se somete a un proceso de fermentación. Se trata de una infusión de oxidación media que tiene un sabor más parecido al té verde que al té negro. Sin embargo, no tiene el aroma dulce y rosáceo del té negro ni las notas herbales que caracterizan al té verde”, se precisó en el medio.
Los resultados de una investigación publicada en la revista BMJ Mental Health resaltaron la importancia de fortalecer la resiliencia mental como un factor clave para lograr una vejez saludable. Los hallazgos indicaron que la capacidad de adaptarse y superar desafíos emocionales y psicológicos no solo contribuyó al bienestar general, sino que también ayudó a retrasar el envejecimiento.
De este modo, fomentar una mentalidad resiliente se consideró una herramienta valiosa para mejorar la calidad de vida en la tercera edad y reducir los riesgos asociados con el deterioro físico y cognitivo.
El estudio, dirigido por Yitang Zhang del Departamento de Epidemiología de la Facultad de Salud Pública de la Universidad Sun Yat-Sen en China, estableció que la capacidad de afrontar y adaptarse bien a situaciones desafiantes durante la vejez estuvo relacionada con un menor riesgo de mortalidad. Estos hallazgos sugirieron que una actitud resiliente frente a las adversidades de la vida fue crucial para prolongar la longevidad y mejorar la calidad de vida en esa etapa.
La evidencia científica también indicó que la resiliencia mental era un proceso dinámico, influido por factores como el sexo, las hormonas y los genes que regulan la respuesta del cuerpo al estrés. Los investigadores afirmaron que esta capacidad evolucionó a lo largo de las distintas etapas del ciclo vital, y en la tercera edad, contar con buenas habilidades de afrontamiento ayudó a mitigar el impacto negativo de las enfermedades crónicas y la discapacidad.
Al igual que el cuerpo tiene la capacidad de recuperarse de una enfermedad, se sugirió que un trauma mental podría acelerar el envejecimiento, aumenta los niveles de estrés y ansiedad, lo que afectó varios sistemas del organismo.