¿La primera persona en pisar la Antártida fue peruano? En septiembre de 1819, un oficial de la armada del virreinal navegaba por el Cabo de Hornos en el navío San Telmo junto a otros 644 tripulantes con dirección hacia Perú, con la orden de apagar las nacientes revueltas que con los años acabarían sellando la libertad del principal asentamiento de la corona española en Sudamérica.
Sin embargo, ninguno de los pasajeros imaginó que el viaje no se concretaría. Una gran tormenta no permitiría que pasen del océano Atlántico al Pacífico, camino a Chile, y el barco de dos puentes y 74 cañones perdió el timón y quedó a la deriva rumbo al sureste. Días después, con la quilla destrozada, la nave arribó a tierras desconocidas con animales extraños como pingüinos y focas.
Rosendo Porlier y Asteguieta llegó por casualidad a la Antártida y terminó perdiendo a casi toda su tripulación por el frío intensó que mató lentamente uno a uno. El brigadier de la Real Armada Española nació en Lima, en ese entonces capital del Virreinato del Perú, se crio en una familia noble. Fue el tercero de cinco hermanos, hijo del doctor Antonio Aniceto de Porlier y Sopranis, y de María Josefa Sáenz de Asteguieta e Irribarren.
Desde joven, su inclinación a la vida en el mar lo llevó a presentarse en la guardia marina. Participó en la batalla de Trafalgar, en la guerra de independencia española contra Napoleón y en las guerras de independencia en Hispanoamérica
Aunque en muchos registros se considera a la expedición del noruego Roald Amundsen como la primera en llegar al Polo Sur, esta ocurrió el 14 de enero de 1911, más de 90 años después de que Porlier ponga un pie en aquel hostil territorio, aunque este nunca pudo reclamar el derecho de haber sido el pionero.
Porlier, junto a los demás tripulantes, por más que se calentaron con fogatas que armaron con trozos del barco ya destrozado y que se alimentaron de la fauna de la Antártida, al final sucumbieron ante el frío.
Meses más tarde, llegaron los ingleses al lugar y encontraron los restos del campamento. Sin embargo, en lugar de dar informe sobre lo acontecido, al regresar a su país declararon haber sido los primeros en llegar a la Antártida, mientras que en España olvidaron a Rosendo Porlier y al resto de tripulantes del navío San Telmo.
Placa en memoria de los tripulantes del navío San Telmo que rememora su llegada a la Antártida. El Legado de Clio.
Sin embargo, hoy se puede apreciar en el Cabo Shirreff de la isla Livingston una placa en su honor, que lo menciona como ‘los primeros en llegar a estas costas’. Es así como Porlier, por el azar y el mal destino, fue el primero y murió en un lugar de la historia que sigue ocupando William Smith, quien tuvo la suerte de explorar el lugar y volver a Inglaterra con pieles de foca y, más tarde, de ballenas.