Para la ciudad de Pucallpa, las sirenas son seres reales que pueden ser vistos paseando en sus lagunas mientras muestran sus llamativas cabelleras. Muchas personas del lugar aseguran que tienen miedo de entrar al agua porque podrían encontrarse con el ser mitológico; asimismo, otros habitantes, especialmente pescadores, indican haberlas visto.
Un caso muy particular es lo sucedido con Luis Julton Vásquez Caballero. El adolescente de 16 años confirma haber sido secuestrado por una sirena durante siete días, en los cuales logró ver una ciudad debajo del mar, entre otras cosas. El asombro fue tanto que cuando regreso a la superficie presentaba problemas para hablar y ver.
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Un reportaje del programa "Al sexto día" muestra las declaraciones del menor, su madre y sus vecinos. El joven de 16 años narra que mientras él se dirigía a retirar agua del río Ucayali apareció una joven desnuda que se tapaba sus pechos con su larga cabellera. Asegura que le pidió que la acompañara y que "ella le daría todo, que nunca iba a poder envejecer, nunca iba a poder morir".
Las sirenas son seres que según las leyendas encantan a las personas con su canto. Foto: El Financiero
Por su parte, la profesora de Luis, Carmen Flores, aseguró que él siempre ha sido un buen estudiante, por lo que descarta que sea un invento: "Es un muchacho bondadoso, solidario. Un alumno tranquilo, en ningún momento ha presentado mala actitud". Agregó que ella cree en el testimonio del joven, ya que tuvo familiares que fueron 'llevados por las sirenas'.
La madre de Luis narró que cuando su hijo volvió a la superficie estaba totalmente ciego, no pestañeaba ni hablaba. Además, contó que a su regreso "no quería dormir en su cama, se tiraba al piso, caminaba con su pecho y movía los pies como pescadito".
La madre, junto con los miembros de su comunidad cristiana, rezó por Luis, quien gracias a esto pudo volver a hablar y ver. Es así como ha podido contar su historia.
"Bajo el agua hay como una ciudad, pero yo no entré, porque si entraba ya no iba a volver", señala Luis. Agrega que la sirena le dijo: "No vas a entrar porque tú estás acompañado de un Dios todopoderoso".
Finalmente, cuenta que la maldición era estar siete segundos en el agua, lo que en la superficie son siete días. A continuación, puedes ver el reportaje completo en el siguiente video:
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El mito indica que fueron los marineros quienes crearon a las sirenas. Ávidos de compañía femenina durante sus largos viajes en el mar, habrían creado el mito de las sirenas al confundir los manatíes con mujeres marinas. Las primeras historias conocidas sobre sirenas aparecieron en Asiria, medio oriente antes del 1000 a.C.
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Algunas sirenas eran descritas como monstruos grandes de hasta 600 metros. Sin embargo, la mayoría de relatos de personas que aseguran haberlas visto indican que son del tamaño de una persona.
La leyenda indica que la primera sirena que el mundo registró se llamaba Atargatis. Ella era una diosa siria que un día mató sin premeditación a su amante. Esto la llevó a una tristeza profunda por lo que terminó arrojándose al mar para quitarse la vida, pero no lo consiguió. En lugar de morir, se convirtió en lo que conocemos como una sirena, solo sus piernas tomaron forma de pez. ¿Por qué? Porque su belleza era tan grande que las aguas no podían ocultarla.
Según las leyendas, la primera sirena sería Atargatis. Foto: Pinterest
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Según el antiguo escritor griego, Homero, la isla italiana llamada Capri siempre ha estado rodeada de mitología y leyendas. Los propios lugareños aseguran que así es, que sus aguas siempre han sido el refugio de las sirenas, que con su canto hechizaban a los marineros y hacían que sus barcos encallaran en los arrecifes.
Aparte de simbolizar los peligros del mar, desde un primer momento a las sirenas se les han atribuido dos características fundamentales: la feminidad y la atracción sexual, que tientan al hombre en el camino -navegación- de la vida. Es decir, la mujer con canto de pájaro representa a la mujer y su atractivo sexual. Dicho de otra forma: si se representa el atractivo sexual de la mujer por medio del canto nupcial de los pájaros, surge la sirena.