“Hay que recuperar a la gente que perdió la costumbre de ir al teatro”, nos comenta la gerenta cultural del Británico, ad portas de una nueva edición del Festival de Artes Escénicas (FAE), la alianza de varios teatros que sobrevivió al cierre de salas. “Es el festival más cercano a lo que teníamos prepandemia”.
-¿Cómo está el teatro a dos años de la reapertura de salas?
-Yo lo veo con mucha creación y una calidad impresionante. Hay muchísimas agrupaciones jóvenes que se han juntado y están trabajando teatro de todo tipo y eso es importantísimo para el presente, pero también para el futuro desarrollo. Hay una mirada muy crítica a la sociedad y es importantísimo que venga desde las artes.
-¿Y ha respondido el público?
-Lamentablemente, eso todavía sigue siendo una lucha, es difícil crear público. Hay un grupo de personas fieles que sí están respondiendo, pero siento que siempre es el mismo. No veo un crecimiento en número ni en interés, eso hay que seguir trabajando.
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Obras. Arriba, una de las mejores obras del 2023, Un monstruo viene a verme. Y, Todas las gallinas vuelan, en el FAE en febrero. Foto: difusión
-¿Eso explicaría por qué hay teatros que no se llenan?
-Exacto, en época de mucha oferta, es difícil que estén llenos. Ese es un reto que tenemos. No somos una sociedad tan consumidora de artes escénicas, en general.
-Eduardo Adrianzén dijo que Infusión le parecía una propuesta arriesgada, pero estrenó al lado de Un monstruo viene a verme.
-Es interesante. Claro, nosotros hemos abierto el auditorio como un espacio alternativo a los montajes más tradicionales. La idea es tener este espacio diferente donde se pueda dar la oportunidad a grupos que no necesariamente tienen un local. Que se den simultáneamente es importante para que el público conozca que hay otro espacio y otro tipo de obras.
-¿Cómo preparan el FAE?
-Ha cambiado un poco, hemos hecho tres ramas: El FAEIncuba (Ayacán, En una deriva cualquiera, Historia de la corrupción en el Perú y ¿Tregua Nacional? se estrenan este año), FAEForma y el FAEPresenta. Tenemos 11 obras nacionales y estamos viendo la posibilidad de aumentar. Tenemos dos internacionales y es un reto. No tenemos tanta oferta internacional porque hay una cuestión económica de la que estamos saliendo.
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Gerenta del Británico. Foto: difusión
-¿Por qué ‘sobrevivió’ el festival?
-A pesar de muchas carencias, somos los grupos más suertudos de la cultura en el Perú. O sea, tenemos el Británico detrás, igual apoyo tiene la de Lima o la Pacífico. La Plaza, por ejemplo, es un espacio que no tiene estas espaldas institucionales, sin embargo, nunca falla. Pero no solamente es poner la plata, es el compromiso de todos para hacer el festival.
-Hay obras que ya han tenido éxito, como Todas las gallinas vuelan. ¿Qué buscan en los textos?
-No es que haya una línea, pero sí hay una mirada que tiene que ser algo que te hace reflexionar, ver más allá de lo divertido o entretenido.
-¿Maquillage es la primera obra que produce el Británico este año?
-Sí, celebramos los 100 años de (Jorge Eduardo) Eielson. Hubo tanta censura que nunca se hizo y luego la triple A la estrenó con Roca Rey y la cerraron. A raíz de los problemas, se perdió parte de la obra, pero el centro Eielson autorizó a Bruno Pólack a completar los textos y eso es lo que vamos a trabajar. Será muy interesante.
-En la pandemia nos decías que era más evidente la falta de representatividad en el Estado.
-Tenemos la suerte de tener el respaldo de una institución, pero vemos la necesidad de otros grupos. Más allá del ministerio –que continuó dando los estímulos– hay muy poca comprensión, no hay políticas culturales claras ni consistentes ¿no? Hay muy poco apoyo a nivel de Estado hacia la cultura. El ministerio no tiene los recursos.