Luis Repetto Málaga falleció hace tres años. Poco antes de su fin, por amor a nuestro país, según Miguel Rubio, director de los Yuyackani, pidió que sus cenizas sean arrojadas a las aguas del río Apurímac, desde el último puente inca, el Q’eswachaka, para así, tras su muerte, seguir recorriendo el Perú profundo, ese Perú que recorrió, incluso, parafraseando los versos de Vallejo, por los caminos blancos, curvos, por donde iba con su corazón a pie.
Sí, como pocos, el recordado museógrafo y gestor cultural visitó pueblos y rincones de nuestro país en su tarea de investigar y rescatar el arte tradicional y popular para ponerlos en valor.
Con el título ‘Lucho Repetto: un puente indispensable’, el C.C. Garcilaso, con la curaduría de Miguel Rubio, le rinde homenaje al recordado gestor cultural.
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La exposición, que intenta, de algún modo, devolvernos a Lucho Repetto, reúne una serie de objetos personales, así como piezas artísticas de su colección. También obras del Museo de Artes y Tradiciones Populares-MATP del Instituto Riva-Agüero, que él no solo dirigió, sino también enriqueció. Asimismo, la muestra exhibirá fotografías y un video de los programas culturales que animó en la televisión.
A propósito de tributos, el Consejo Universitario de la Pontificia Universidad Católica del Perú, tras su muerte, decidió nombrar al Museo de Artes y Tradiciones Populares Luis Repetto Málaga, un justo homenaje para quien se vinculó con los imagineros populares.
“Lucho asumió la gestión cultural como forma de vida, a tiempo completo y tendiendo puentes culturales por todo el Perú. El infatigable viajero solía comentar con asombro: ‘El Perú es un país inabarcable, es infinito, mientras más lo recuerdo veo lo mucho que me falta por conocer’”, dice Miguel Rubio.
Somos testigos, como lo recuerda Miguel Rubio, de encontrarlo no solo en las ferias artesanales de Lima, sino también en las ferias de los pueblos de provincia, siempre preguntando por alguna pieza de arte popular. Consultaba no solo la historia, procedencia, técnicas y origen de la pieza, sino también el precio, que solía pagar sin dudarlo. Alguna vez, en una feria de Huancayo, lo hemos visto convertido en un ekeko de tantas piezas que había comprado. Así era de entregado.
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“Lucho —agrega Miguel Rubio— fue impulsor infatigable de iniciativas museográficas en muchas partes del Perú. Por donde andaba, inventaba museos y registraba los que encontraba y difundía en su célebre programa de ‘Museos puertas abiertas’, de alcance nacional y único en su género en el mundo”.
Lucho Repetto, con esta muestra, ha regresado.
La exposición se llevará a cabo en el C. C. Garcilaso, jr. Ucayali 391, centro de Lima. Visitas: martes a viernes, de 10 a.m. a 8 p.m.; sábados, domingos y feriados, de 10 a.m. a 6 p.m. Cabe aclarar que el Ingreso es libre.