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Cultural

Mario Vargas Llosa: "Jorge Edwards contaba sus temores"

España. Representantes del mundo de las letras y de la política despidieron este fin de semana al escritor chileno Jorge Edwards, fallecido el viernes a los 91 años.

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Edwards y Vargas Llosa son representantes de la literatura en América Latina. Foto: EFE

Por EFE y Europa Press.

Representantes del mundo de las letras y de la política despidieron este fin de semana al escritor chileno Jorge Edwards, fallecido el viernes en Madrid a los 91 años.

Por la capilla ardiente pasaron el ministro de Cultura español, Miquel Iceta; la escritora y consejera de Cultura del Gobierno Regional de Madrid, Marta Rivera de la Cruz; y otros literatos, como el poeta Juan Malpartida, amigo personal de Jorge Edwards, que lo definió como “un narrador que ha sabido observar el mundo con una suerte de escepticismo entusiasta” y que “ha querido no contaminar con pasiones ideológicas la realidad, sino deducir de los hechos su propia imaginación”.

Familiares, amigos y compañeros de profesión también lloran la muerte de Edwards. Entre ellos, el escritor Mario Vargas Llosa, quien ha querido rendir un especial homenaje al autor desaparecido, y lo ha hecho recordando una de sus novelas, Persona non grata.

En declaraciones a las que ha tenido acceso el grupo Prensa Ibérica, Mario Vargas Llosa ha recordado que Edwards “se hizo muy famoso por un libro relativo a Cuba (Persona non grata), que publicó en los años 70 y donde revelaba sus conversaciones con Fidel Castro y con lo que sería un grupo opositor con el que él tenía ya una relación bastante estrecha”. Según Vargas Llosa, el libro “impresionó” porque era el primero que “criticaba profundamente y de una manera muy rigurosa a la dictadura cubana”.

“Jorge confesaba sus temores, el hecho de que lo llevaban a pasear de una manera impremeditada y que tenía siempre la sensación de que podían extraviarlo”, hacerlo desaparecer. El libro tuvo una enorme repercusión en América latina, pero “además contribuyó mucho a la difusión de sus novelas”, recuerda Vargas Llosa.

El premio Nobel peruano también destaca cómo se volcaba Edwards en relatar sus experiencias personales en sus novelas. “Por ejemplo, muy recientemente confesó que un cura –él había estado en un colegio de Jesuitas– lo había violado”, apunta Vargas Llosa, y esto lo contaba de una manera muy rigurosa, “cómo ese cura había ido constantemente a su casa a tratar de despertarlo”, dejando claro que él tenía una buena impresión de la orden religiosa al margen de la conducta de este sacerdote “que le creó un trauma”.

Arequipa. Edwards en una de sus visitas al Perú. Foto: archivo LR

Chile, España y Francia, la escritura, la política, el inconformismo y la marginalidad, así como el amor como motor de la acción humana, fueron temas y lugares recurrentes en la obra de Jorge Edwards, que podría encontrar en estas cinco obras la síntesis de su mejor pluma.

-Persona non grata (1973): su obra más conocida rememora su etapa como embajador en Cuba, con fuertes críticas a la sociedad erigida por Fidel Castro, que prohibió el libro, además de provocarle enemistad con muchos autores coetáneos del boom latinoamericano, como Julio Cortázar. “Escribí muchos libros y durante años fui el autor de uno solo”, lamentó sobre una novela que, según dijo, le hizo “mucho daño”.

-El peso de la noche (1965): la decadencia de una familia de clase media planea sobre este libro cuyo protagonista descubre a la vez el placer del sexo y la literatura, rebelándose a partir de entonces contra los dogmas religiosos y la rigidez de los valores tradicionales.

-El origen del mundo (1996): París vuelve a ser escenario de una de las obras del autor, esta vez como trasfondo de un relato que arranca con una muerte inesperada y una investigación impulsada por unos celos que, progresivamente, nublarán toda señal de raciocinio en un hombre que creía apuntalados los cimientos de su vida y de su carácter.

-El inútil de la familia (2005): exposición de un secreto familiar, medio ficcionado, medio autobiográfico, el de un pariente cercano cuyo recuerdo se evitaba, el también literato Joaquín Edwards Bello, ganador del Premio Nacional de Literatura en Chile en 1943, antes de caer en desgracia por su rebeldía y su descenso a los bajos fondos entre Madrid, París y Chile.

-La casa de Dostoievsky (2008): de la Cuba posrrevolucionaria al Chile predictatorial de Augusto Pinochet, pasando por la bohemia francesa de los años 60, Edwards narra el periplo de un joven escritor tras los pasos de un amor clandestino y construye, a la vez, la historia de las aspiraciones liberales.

Persona non grata para Fidel Castro

Poco mentada es su faceta de diplomático, que tuvo su primer gran momento destacado en 1970, durante el inicio del gobierno socialista de Salvador Allende, quien confió en sus dotes para retomar las relaciones con Cuba.

Sin embargo, la afinidad de Edwards con intelectuales de la oposición castrista motivó que el propio Fidel Castro lo consideró persona non grata, título que utilizó para encabezar un libro de memorias.

El libro logró mérito de ser prohibido tanto por el Gobierno cubano como por el chileno, además de granjearle la enemistad de la izquierda.