
Víctor Lozada viajará en octubre próximo a París para participar en el programa de residencia para artistas del Institut Français. Su proyecto busca enlazar la historia de la catedral de Arequipa con la de Notre Dame, a través de la figura del diablo.
A pocos meses de iniciar esta experiencia, ha publicado el libro de relatos “Sí, quédense”, que tiene como eje central a Arequipa, por medio de la narración autobiográfica, vivencial e histórica.
Ya enfrascado en el oficio de escritor, conversamos con Lozada sobre su más reciente obra, las dificultades para que un escritor regional pueda aparecer en una librería limeña y los próximos retos en su carrera literaria.
—¿Cómo nació la idea de escribir un libro de relatos sobre Arequipa?
—Regresé a Arequipa hace cuatro años. Después de 16 años fuera, decidí que una forma de reconectarme con mi ciudad tenía que ser a través de mi pasión, que es la literatura. Apenas llegué, tenía el objetivo de crear ‘la novela arequipeña’ —no sé qué significaba eso, pero quería escribirla—. Entonces, empecé a investigar muchos temas históricos y de leyendas. Me di cuenta de que hay tantos temas que no se podían quedar dentro de una novela, sino que debían contarse a través de los relatos.
—¿Y llegaste a encontrar esa temática de ‘la novela arequipeña’ en alguno de los relatos?
—No, porque creo que es tan compleja. De ahí comencé a dudar sobre qué significa ser ‘la novela arequipeña’ y siento que, más que una novela, debería ser un movimiento literario regional, que a través de la literatura trate de responder la pregunta de qué significa ser arequipeño.
En lugar de yo tratar de hacer una novela que sea ‘la novela arequipeña’, sería motivar a que se genere este tipo de movimiento para que los escritores y escritoras se enfoquen un poco en tratar de responder esa pregunta a través de sus obras.
—¿El proceso de creación de estos relatos consiguió reconectarte con Arequipa?
—Me hizo dar cuenta de que no conocía Arequipa y de que no conocía para nada la historia de Arequipa. Inclusive, un amigo me dijo que no sabía quién era (Mariano) Melgar. A partir de ello, comenzamos a darnos cuenta de que en el colegio no nos enseñan historia arequipeña. Nos enseñan historia del Perú, pero no arequipeña.
En esta investigación me di cuenta de que no sabía de dónde veníamos y fue un gran asombro saber que tantas cosas ocurrieron acá en Arequipa, y que pasaron personajes tan increíbles; inclusive, no solo con relevancia histórica como la Chabela, que aparece en el relato Guitarra.
—Me comentabas de la dificultad que está teniendo tu obra para ingresar a las librerías. ¿Consideras esto un desaliento para la producción regional?
—De alguna forma entiendo a las librerías de Lima. Obviamente, hay mucha buena producción en Lima y quieren irse por lo conocido, pero esto genera una especie de círculo vicioso y se produce un bloqueo, como está ocurriendo con “Sí, quédense”.
De verdad, estaba ilusionado por este libro, porque hay relatos que me gustan muchos y temáticas que no se habían abordado. Pero estamos con este muro de librerías limeñas que le dicen a Quimera (la editorial que publica el libro) “si nunca te he vendido, por qué te tengo que vender”.
—Me imagino que esto influye en la decisión de salir a buscar otros mercados. Es algo riesgoso para un escritor.
—Definitivamente, pero es un riesgo que amerita, porque, si no, qué hago. ¿Voy a seguir tratando de sacar libros acá y quedarme con la experiencia de “Sí, quédense”? Lo bueno de irse a otros países es que —digamos— en Colombia yo soy un escritor peruano, en Lima yo soy un escritor provinciano. Ahí hay diferencia.
En Colombia hasta les parecía chévere publicar a un escritor extranjero, porque 90% de sus publicaciones son con escritores colombianos. Ahí me puedo vender como el exótico, igual espero que pase ahora que voy a México por otros tres meses. Sé que es muy riesgoso, pero qué me queda.
—Hace unos meses se conoció que fuiste aceptado en el programa de residencia para artistas del Institut Français en París, ¿cómo te vas preparando para esa experiencia?
—Estamos muy emocionados porque resulté ser el primer escritor peruano aceptado en este programa. El Institut Français en París, cada año, alberga a 190 artistas de todo el mundo y de todas las artes. Todos permanecen en un mismo edificio por seis meses.
Tienes que aplicar a través de un proyecto y el mío es unir a la catedral de Arequipa con la de Notre Dame, a través de la presencia del diablo. La catedral de Arequipa es una de las pocas que tiene una escultura del diablo y hay una leyenda de que una de las puertas de Notre Dame fue hecha por un orfebre que vendió su alma al diablo.
A través de esa historia —no sé cómo— las quiero unir, pero quiero empezarla desde cero, estando ahí. Apliqué a través de la Alianza Francesa y estoy yendo en octubre para desarrollar este proyecto y estar conversando con artistas de todas las esquinas del planeta.
—La última vez que conversamos por tu obra “Discerpo” me comentabas que no sabías si dedicarte a los negocios de tu familia o continuar con la literatura. ¿Pudiste aclarar esa duda interna?
—Sí. Mi padre falleció poco antes de la pandemia y ahí es donde me hizo evaluar mucho y decidir que a lo único que me quiero dedicar es a escribir. Soy escritor a tiempo completo, es lo que hago al despertarme y antes de acostarme.
Obviamente, es algo muy riesgoso, no sé qué será mi vida dentro de cinco años, pero para qué escapar de eso. Es lo que me gusta, me apasiona y creo que, cada vez que publique algo, puedo mejorar como escritor.
—Finalmente, desde nuestro papel de lectores, ¿cuál crees que debería ser el rol para acercarnos a la literatura regional?
—Yo estuve conversando con algunas librerías en Lima y les pregunté cómo puedo hacer para que, en algún momento, “Sí, quédense” pueda ingresar (a ser distribuidas). Y me dijeron que solo es si la gente va a la librería y las pide.
Entonces, lo único que podemos hacer es sacar, a través de medios, información sobre obras de provincias e invitar a que las lean y que vayan a las librerías a pedirlas. Que sean los clientes mismos los que fuercen a abrir las posibilidades para las obras regionales.
“Sí, quédense” ha sido publicado por la editorial Quimera. El libro podrás encontrarlo en el stand de Estruendomudo en la Feria del Libro de Lima, que se realiza en Jesús María del 22 de julio al 7 de agosto.

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