Sobre el colapso de los muros de la fortaleza de Kuélap bien puede decirse que es la crónica de un derrumbe anunciado. Desde el 2019 —incluso antes— se sabía que iba a suceder, pero no se hizo nada para impedirlo. El pasado domingo 10 de abril, se conoció la noticia de un primer derrumbe por acción de la lluvia, al que sucedieron otros más. Si bien se le declaró en emergencia recién en febrero de este año, igual nada se hizo.
El Ministerio de Cultura, a través de un comunicado, admite que en Kuélap ha ocurrido tres derrumbes. Asimismo, precisa que “el área materia de colapso corresponde a 15 metros de largo, 12 metros de altura y una profundidad de 5 metros aproximadamente” y que por los agrietamientos “podrían generar nuevos colapsos”. El ministro de Cultura, Alejandro Salas, a quien siempre lo vemos en debates de coyuntura política que en temas de su sector, viajó ayer hacia Kuélap, pero por factores del clima no pudo llegar. Se ha hospedado en Bagua para retomar su viaje hacia la fortaleza el día de hoy.
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“El tema es que ahora las autoridades de Cultura están para contarlo, pero no estuvieron para prevenir estos hechos que han dañado el patrimonio de la nación”, así piensa José Llaja, presidente de la Asociación de Guías Oficiales de Turismo, Agotur, de Amazonas.
“Ha estado abandonado varios años. Nosotros como gremio de turismo, conjuntamente con Jeff Contreras, presidente de la Cámara Regional de Turismo de Amazonas (Caretur), presentamos documentos al Ministerio de Cultura, en mayo del 2019, en los que pedimos que se declare en emergencia por peligro de colapso. Asimismo, advertimos que anteriormente se habían hecho malos manejos por Copesco en la restauración del complejo”, dice José Llaja desde Chachapoyas.
“Como se hizo caso omiso a nuestros documentos, ahora podemos ver las consecuencias. Los profesionales ya sabían del peligro que corría la fortaleza, y no solo es lo que se ha visto, sino en varias partes están en condición de precolapso”, enfatiza Llaja.
Sobre este peligro de derrumbe, La República también lo advirtió en su edición del 1° de diciembre del 2019 (https://larepublica.pe/domingo/2019/12/01/quien-reconstruira-kuelap/). Como se puede leer en el artículo de Roberto Ochoa, todo estaba cantado hasta en el mínimo detalle.
José Llajas también dice que la misma restauración de la portada principal de la fortaleza Kuélap, que estuvo bajo la responsabilidad de Copesco, que contrató a la empresa Quetzal, está mal ejecutada.
“Luego de hacer un mal trabajo, abandonaron el monumento. Ahora también está en mal estado y no hacen nada. Es como abrir en una operación a un ser humano y dejarlo allí. Está abandonado desde hace seis años, eso es un atentado contra nuestro patrimonio”, afirma.
José Llaja también sostiene que Kuélap tiene ingreso, pero el complejo arqueológico propiamente no se beneficia.
“Todo el ingreso se va a Lima y lo que retorna solo sirve para pagar planillas, mas no se dirige un presupuesto adecuado para el mantenimiento, conservación y restauración del monumento. Es una pena”, enfatiza.
Llaja y Contreras esperan al ministro Salas, quien, en otro comunicado, dice que va a remitir un proyecto de decreto supremo al Consejo de Ministro para declarar en emergencia por desastre a Kuélap. Ellos quieren plantearle cuatro puntos urgentes: inmediata intervención preventiva de apuntalamiento de la muralla; creación urgente de una unidad ejecutora multidisciplinaria de profesionales calificados; reorganización de la Dirección Desconcentrada de Cultura y, finalmente, transparentar las acciones, contratos, consultorías y otros que se han hecho antes y después de la declaratoria de emergencia de Kuélap.