Así se llama el libro del profesor Alexander Huerta-Mercado: El chongo peruano. Antropología del humor popular. Es un buen título también para estas horas de la clase política, pero no. Para eso existen los politicólogos y que para eso les pagan. El libro es más bien un tema serio: el humor nacional. Y lo presentamos en la FIL 2019.
En mi prólogo “Un huevo de humor” sostengo que en el Perú dícese del chongo no solo al solemne burdel sino a una situación de desenfreno y caos y sobre todo a un chiste. Curioso, mientras el burdel es institución ultra ordenada y ya lo afirmaba Pablo Macera, ser “chonguero” al contrario es computarse irreverente, desordenado y caótico. Sin embargo, el chonguerismo nacional es eso y más.
Huerta-Mercado, al explicar la ironía del alma nacional, sostiene que su trabajo tiene el propósito y la idea de entendernos como sociedad desde la antropología y así, observando qué nos produce risa, podemos deducir qué nos da miedo, rabia o qué reprimidos somos y así vivir y liberamos con el humor.
Y como somos una sociedad dividida por el poder, el humor es una forma de afirmar, cuestionar o desafiar al poder y de conformar grupos unidos por la risa y la burla. Así, el chongo es la sublevación constante en la imaginación de al de pie, amén del rasgo de nuestra identidad que tiene de ese componente multicultural y multilingüístico donde se tejen y combinan el drama y la risa. Por ello agradezco que me hayan escogido para escribir estas líneas. Juro que lo hice con seriedad en mi casa, jamás en un chongo.