Enrique Verástegui. El poeta falleció a los 68 años de edad. Su aporte a la poesía peruana es inmenso, sobre todo con los libros En los extramuros del mundo y Ángel novus.,Con el poemario En los extramuros, Enrique Verástegui, el muchachito que habiendo nacido en Lima (1950), crecido en San Vicente de Cañete, ingresaba triunfal, no solo al reciente grupo de poetas Hora Zero, sino a la poesía del Perú. Desde entonces ahí está, inamovible, y no hay muerte, como le acaba de ocurrir –un infarto le cegó la vida–, que eche sombra o apague el resplandor de su poesía. Es consenso, no solo en el Perú sino en Latinoamérica, que la poesía de Verástegui es una de las más notables de su generación. “Así –ha dicho el poeta chileno Raúl Zurita–, desde su temprano Los extramuros del mundo hasta sus Ángelus y Ética, su poesía va trazando bajo la forma de un horizonte utópico, un esfuerzo que quiere recogerlo todo, nombrarlo todo, reescribirlo todo, y cuya resolución final debe buscarse en la belleza siempre irreparable que implican las derrotas”. Ha muerto a los 68 años, pero su biografía es extensa, en hechos y publicaciones. Estudió Economía, Administración y Contabilidad en San Marcos. En ese trajín, cuando ya se había formado el movimiento Hora Zero en 1970, en 1971 Verástegui ingresa al grupo con la publicación del inmenso caudal poético de En los extramuros del mundo. El libro, que deslumbró al editor Carlos Milla Batres hasta publicarlo con su sello. Hora Zero estaba en plena efervescencia, ya había lanzado el flamígero manifiesto “Palabras urgentes”, firmado por Juan Ramírez Ruiz y Jorge Pimentel. Asimismo, estos dos poetas habían publicado libros. Juan Ramírez Ruiz, Un par de vueltas por la realidad y Pimentel, Kenacort y Valium 10. Así, Verástegui se convirtió en uno de los últimos y más jóvenes poetas del movimiento Hora Zero, grupo que en diferentes etapas convocó a poetas de Lima y provincia: Mario Luna, Julio Polar, Jorge Nájar, José Cerna y Bernardo Rafael Álvarez. También César Gamarra, Carmen Ollé, Eloy Jáuregui, Tulio Mora y Roberto Bolaño, este último chileno (en México). Desde París se adherían José Carlos Rodríguez y André Laude. Seguro, la aridez de las ciencias contables hizo que el poeta Verástegui le sacara la vuelta a sus estudios porque siempre estaba en menesteres de redacción y publicaciones. En 1976, un sueño se hizo realidad. Obtuvo la beca Guggenheim de New York. Pez en el agua, el poeta viajó a Barcelona, luego a Menorca y no paró hasta París. Allí, misma antena para el conocimiento, tomó cursos de Sociología de la Literatura en la Ecole de Hautes Etudes en Sciences Sociales. Dos años después, en 1978, se casó con la brillante poeta Carmen Ollé, con quien tuvo a su hija Vanessa. Tras su temporada parisina, el poeta guardó un largo silencio, en realidad estaba incubando otros libros después de Los extramuros... y Praxis, asalto y destrucción del Infierno (1980), Leonardo (1988) y sobre todo los volúmenes de ese libro también mayor que es Angelus novus (1989). Estos libros cimentan la innegable estatura poética del muchachito que creció en San Vicente de Cañete. Escribió sus mejores libros provistos de una cultura anonadante, sin dejar ese aire, nuevo, que ha insuflado a la poesía peruana. Su poesía se parece a un canto.❧ El dato - Velatorio. En Biblioteca Nacional ( Av. De la Poesía 160 San Borja). El sepelio será hoy en el Parque del Recuerdo, Lurin