Meg Ryan ha vuelto a los festivales de cine y a las conferencias con el estreno de la comedia romántica Lo que queda después, su segunda película como directora. La estrella de los noventa llegó al BCN Film Fest, en España, para presentar la cinta que coprotagoniza también con el actor de ‘Expedientes secretos X’ David Duchovny.
“Cuando dirigí mi primer largo (en 2015, Ithaca), sentí que algunas partes de la dirección no las había disfrutado. ¿Sabes qué es un director? Un experto en microgestión. Y como mi papel en Lo que queda después, estás tan cansada, casi siempre tirada en los asientos del aeropuerto, harta de los retrasos de su vuelo, y en el fondo de su vida, cuando se escuchaba ‘acción’, llegaba mi relax. Con el tiempo, entiendes que dirigir tiene que ver con el poder y con saber manejar el fluir de los acontecimientos”, dice la actriz a El País y recuerda una frase de su colega Hugh Grant: “Contaba que mantener el tono de una comedia es tan difícil como mantener un globo en el aire con lápices afilados”.
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La actriz de Cuando Harry encontró a Sally contó que su “desaparición” de la actuación después de protagonizar En carne viva (2003), de Jane Campion —ahora ganadora del Óscar por El poder del perro—, fue una decisión personal. “El material que me llegaba tampoco me volvía loca. Pero la decisión la tomé por mis hijos. Sentí que era el momento, que se me presentaba un reto que me atraía más que volver al trabajo. Echando la vista atrás, me siento feliz de aquel paso, de haber apostado por crecer en mi interior y por estar con mis hijos. ¿Cómo reaccionó la gente a mi alrededor? Bien, porque les expliqué que quería ser dueña de mi tiempo y, en el fondo, encarar la vida con mi espíritu artístico”.
Meg Ryan dice que hizo un personaje que la industria no espera para ella. La película feminista En carne viva no fue bien recibida en ese entonces y de ello habló la actriz. “Hollywood no estaba preparado para una película así, pero sobre todo no para verme a mí en ella. Creo que lo que no querían era verme a mí ahí. Pero me dio exactamente igual. Creo que siempre fui un poco punk. Me encantó hacer esa película, conocer a Jane Campion. Me gustó sobre todo que el personaje no era en absoluto el arquetipo que todo el mundo tenía sobre mí. Rompí ese arquetipo. Recuerdo que mucha gente me advirtió y me dijo que igual habría que explicar ese cambio. Me lo dijo mi publicista, por ejemplo. Quizá fuera cierto. Quizá hay que hacer una promoción al respecto, sobre todo en mi caso. Pero yo necesitaba avanzar y hacer una película como esa”, respondió a la Cadena SER. La artista de 62 años admite que su carrera la hizo sentirse expuesta desde joven. “Reconozco que la fama para mí ha sido como una burbuja. Solo siento que como artista tienes que cambiar. No puedes ir diciendo lo mismo una y otra vez”.