Emily y Luke son una pareja que trabaja en una importante y despiadada compañía de finanzas. Viven juntos y se aman, pero ocultan su relación por la política empresarial. Todo va bien, hasta que un día surge la oportunidad de un ascenso para ella y poco a poco el noviazgo se va convirtiendo en algo siniestro y tóxico, donde los celos, la desconfianza y el machismo lo transforman todo. “Estoy tratando de mostrar qué tan arraigadas están estas dinámicas de poder, especialmente hoy, en un mundo post-#MeToo. Mientras que el éxito de un hombre es una cosa positiva en una relación, cuando es en otro sentido, cuando la mujer tiene éxito, se siente como una amenaza”, nos dice por Zoom la directora y escritora Chloe Domont respecto a Juego limpio, película protagonizada por la estrella de ‘Bridgerton’, Phoebe Dynevor, y Alden Ehrenreich, (Solo-Star Wars), que se estrenará este viernes a través de Netflix.
Juego limpio es la ópera prima de Domont (‘Ballers’, ‘Billions’) y ha sido recientemente ovacionada en el Festival de Sundance con una crítica prácticamente unánime rendida a sus pies, por la manera en que aborda la complejidad del mundo laboral actual, marcado por el machismo y las etiquetas que hasta ahora no se superan en la sociedad.
En la historia, Emily es la brillante ejecutiva que recibe un meritorio ascenso dentro de la empresa, que en un inicio la hace sentir empoderada, pero que no termina de disfrutar porque sus colegas —el 90% de ellos hombres— la prejuzgan y murmuran a sus espaldas. Pero no son los únicos. Luke, su pareja, también la cuestiona y desconfía de ella, lo cual deviene en una lucha interior entre el amor que siente por Emily y las ideas preconcebidas con las que ha sido criado.
PUEDES VER: Netflix confirma 'Alice in Borderland 3': sangrienta serie japonesa tendrá tercera temporada
Chloe Domont. Directora. Foto: composiciónLR
—La película muestra de manera brutal el empoderamiento de la mujer, pero a la vez cómo aún prevalece el machismo en la sociedad y la fragilidad de la masculinidad ante la competitividad femenina.
—Sí, todo esto me hizo dar cuenta de cuánto prevalecen estas dinámicas, cómo nos oprimen y cómo no solemos hablar de esto, y creo que la razón es que nos cuesta admitir qué es lo que está pasando. Desde el inicio de los tiempos ha existido esta tensión no hablada y creo que se está poniendo peor en muchos niveles, especialmente en hombres. Incluso, en ciudades progresistas, en el caso de hombres que yo creo que son progresistas, ellos no quieren admitir que se sienten amenazados por el éxito de una mujer porque qué diría eso de ellos. Y creo que internamente muchos hombres batallan con eso. Personalmente, no los culpo, creo que esto es un problema social. Nosotros como sociedad criamos a los niños para que crean que la masculinidad es una identidad, que significa una cosa y tienen que encajar en una caja, y creo que eso es lo que crea un montón de problemas. Si los hombres no logran crecer y encajar en esta imagen que piensan que deben tener, se sienten como fracasados y no hay ninguna plataforma para que ellos puedan hablar de estos sentimientos, y eso crea esta suerte de energía dolorosa y negativa que puede salir en los hombres.
—La cinta también habla del poder y cómo hasta hoy las mujeres tienen que esforzarse mucho más para obtener puestos importantes dentro de una empresa. Como directora de cine, ¿consideras que dentro de la industria todavía las mujeres directoras tienen que luchar más para visibilizar sus trabajos en relación con los directores hombres?
—Sí, creo que en muchas formas sí. Sí creo que la industria se está volviendo más inclusiva, creo que los estudios y las compañías de producción están haciendo un esfuerzo para encontrar historias de mujeres hechas por mujeres, así que definitivamente se está poniendo mejor. Pero todavía pienso que hay un doble estándar que no pienso que se haya ido para nada.