Luego del estreno de las 13 primeras OVAS de la Saga de Hades, todo parecía indicar que Saint Seiya renacería de sus cenizas. Sin embargo, el creador de la serie, el mangaka japonés Masami Kurumada, tomó algunas malas decisiones que lo único que provocaron es que su obra poco a poco vaya quedando en el olvido.
La ‘mala suerte’ de Saint Seiya comenzó luego del estreno de ‘Tenkai-hen Josō ~Overture’, la quinta película de la serie que sería la continuación oficial de la Saga de Hades. El error fue lanzar este filme sin haber terminado de animar los episodios contra el dios del infierno.
El filme fue excelente, ya que tiene una animación sublime y su trama no es infantil, sino más adulta, dejando de lado el ‘cliché’ de las películas de Saint Seiya, donde el protagonista siempre solía vencer al villano de un flechazo, luego de ponerse la armadura de Sagitario.
En esta película no vimos eso, ya que el villano principal (el dios Apolo) apareció en los últimos minutos y nadie podía igualar su poder. Los caballeros de bronce habían fracasado y se les borró la memoria como castigo, dejando así un final abierto que sería continuado en las siguientes entregas.
Los fans que están acostumbrados a la simpleza de Saint Seiya pusieron el ‘grito en el cielo’ y empezaron a criticar la película, algunos incluso decían que no la entendieron. Masami Kurumada demostrando un ego colosal decidió despedir a todos, echándoles la culpa del fracaso, pese a que él estuvo muy involucrado en el proyecto.
Los primeros en irse fueron los seiyūs (actores de voz japoneses) que dieron vida a Athena y a los caballeros de bronce. Con su partida la serie perdió su esencia, ya que sus reemplazos no estaban a la altura de los personajes.
Además de los seiyūs, Masami Kurumada despidió a todo el staff que animó la película, incluso al director Shigeyasu Yamauchi, quien era el responsable del éxito de las 13 primera OVAS de Hades, donde no calcó el manga, sino que se tomó la libertad de adaptarlo y añadirle muchas mejoras.
Desde ese punto Saint Seiya se fue en picada, ya que vimos que la continuación de la Saga de Hades era terrible, tenía seiyūs sin emoción y una pésima animación. El nuevo director Tomoharu Katsumata fue el títere de Kurumada y solo se dedicó a calcar las viñetas del manga. No es broma.
Las escenas que debían ser memorables como el sacrificio de los caballeros dorados, la primera vez que los cinco caballeros de bronce portaban armaduras doradas o la batalla final contra Hades son un chiste comparados con las OVAS dirigidas por Yamauchi, las cuáles estaban llenas de emoción.
Luego de finalizar la Saga de Hades, Masami Kurumada tuvo un sinnúmero de fracasos tratando de que su obra tenga más fans. La película CGI ‘La leyenda del Santuario’, Saint Seiya Omega y últimamente el remake que hizo Netflix son un claro ejemplo
Lo mejor que salió de Saint Seiya, luego de las 13 primeras OVAS de Hades, fue sin duda The Lost Canvas, una obra que no fue escrita por Masami Kurumada, sino por una de sus fans que creció viendo la serie, la mangaka japonesa Shiori Teshirogi.
Teshirogi consiguió lo que muchos fans de Saint Seiya desean, poder contar una historia oficial de su serie favorita. Ya que el mismo Masami Kurumada le había autorizado dibujar la anterior guerra santa que el ejército de Athena tuvo contra Hades.
La historia de The Lost Canvas es una precuela de la serie original, donde vemos la historia de Tenma, el antiguo caballero de Pegaso, su amigo Alone (quien termina convirtiéndose en Hades) y Sasha, la reencarnación de la diosa Athena.
Aunque la historia principal es sobre Tenma, Alone y Sasha, la trama no siempre está centrada en ellos, esto permite que otros personajes puedan tener protagonismo y desarrollo. Una gran diferencia con la serie original, donde el resto de ‘cast’ era olvidado y todo era ‘Seiya y sus amigos’.
En The Lost Canvas finalmente pudimos ver a los caballeros dorados en todo su esplendor, ya que en la obra de Kurumada lo único que hacían era combatir entre ellos, tener una que otra pelea interesante y su único momento de gloria fue sacrificarse para destruir el muro de los lamentos.
Sin embargo, Shiori Teshirogi en The Lost Canvas plantea un desarrollo para los caballeros dorados, dándoles una motivación para pelear en la guerra santa. Esto provocó que muchos fans se identifiquen con estos guerreros y lamentaran su inevitable muerte que siempre era honorable.
Los fans veteranos de Saint Seiya del signo de Piscis, Tauro y Cáncer siempre renegaron de los caballeros de su constelación, ya que en la serie clásica o eran villanos unidimensionales o no demostraban el poder que supuestamente tenían.
Eso cambió con Saint Seiya The Lost Canvas, ya que muchos fans se identificaron con el coraje que demostró Albafica de Piscis, el increíble poder de Hasgard de Tauro o las ocurrencias de Manigoldo de Cáncer.
No solo los caballeros dorados tuvieron un buen desarrollo en The Lost Canvas, sino también algunos espectros de Hades como Kagaho de Bennu, Aiacos de la Garuda, Rhadamanthys de Wyvern, entre otros.
Los caballeros de bronce secundarios, los que tristemente Masami Kurumada usa como ‘carne de cañón’, son reivindicados en The Lost Canvas que nos da un mensaje importante: todos los guerreros aportan de una u otra forma en la guerra santa.
En la serie original vimos que solo Seiya y sus amigos enfrentaban a los villanos y sabíamos que ninguno de ellos iba a morir. Desde pequeños ya teníamos la idea de que sí o sí los caballeros de bronce iban a derrotar al malo de turno al finalizar el episodio, luego de haber ‘visto sus técnicas’.
The Lost Canvas rompe ese estilo tan simplista que caracteriza a Kurumada, ya que nos presenta la guerra como realmente es: un combate donde hay bajas de ambos lados y donde cada bando tiene sus motivaciones para salir victoriosos.
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Un punto más a favor de The Lost Canvas es que Shiori Teshirogi tuvo el atrevimiento de mostrar a otros dioses. No solo estuvo Hades y Athena, también vimos a Thanatos, Hypnos, los dioses del sueño, Poseidón (una joven llamada Serafina) y Yōma de Mephistopheles.
Tan popular fue el manga dibujado por Shiori Teshirogi que decidieron animarlo. El anime de The Lost Canvas tiene dos temporadas (26 episodios) y nos cuenta una parte de la historia, ya que debido a los ‘celos’ de Masami Kurumada se produjo la cancelación.
Antes de que Shiori empiece a publicar The Lost Canvas, Masami Kurumada había anunciado Saint Seiya Next Dimension, un manga que sería la secuela oficial de la Saga de Hades, es decir, la película ‘Tenkai-hen Josō ~Overture’ quedaba fuera del canon.
Esto dividió a los fans, aquellos que odiaron la película se mostraron contentos, ya que verían la continuación escrita por el ‘trazo ardiente’ del sensei con toda las simpleza que lo caracteriza. Otros simplemente esperaban que se saque las dos secuelas, cosa que nunca pasó.
En aquel entonces todo era alegría para los fans de Saint Seiya, ya que teníamos la continuación de la Saga de Hades (el Next Dimension) y la precuela de la serie clásica (The Lost Canvas); sin embargo, sucedió algo inesperado.
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En vista del éxito que tenía The Lost Canvas, Masami Kurumada decidió sacar del canon la obra de Teshirogi de una forma bastante inusual en Saint Seiya. ¿Cómo lo hizo? Pues en Next Dimension los caballeros de bronce vuelven al pasado gracias al Dios Cronos y aterrizan en la anterior guerra santa.
En vez de quedarse en el presente, mostrándonos eventos nuevos, Masami Kurumada vuelve a presentarnos otra guerra santa contra Hades, mezclándola con eventos del futuro que al final termina olvidando, ya que le da más importancia al pasado.
Los caballeros de bronce llegan al pasado y aquí es donde empiezan los problemas, pues se topan con los caballeros dorados que no son los mismos que Shiori Teshirogi presentó en The Lost Canvas, sino otros totalmente diferentes.
Atrás quedó el valiente Albafica que tenía su sangre envenenada, ya que Kurumada nos mostró a Cardinale, el antiguo caballero de Piscis que también era un traidor como Afrodita y que se vuelve ‘bueno’ de un momento a otro.
Nos olvidamos también del poderoso Hasgard de Tauro y le damos la bienvenida a Ox, un caballero dorado que que muere en la misma posición que su predecesor Aldebarán. Kurumada se dio cuenta de su error y lo revive para evitar las críticas que lo acusaban de repetir la historia.
Manigoldo de Cáncer, el ocurrente caballero que pudo golpear en la cara a Thanatos, también fue sacado del canon y en su lugar tenemos a Death Toll, un personaje con disforia de género que lo único que hace es aumentar el estereotipo negativo contra las personas LGTBI.
La única novedad en Saint Seiya Next Dimension es la inclusión del décimo tercer caballero dorado, nos referimos a Odysseus de Ofiuco. Este personaje tiene el poder de curar y, hasta el momento, se ha dedicado a recorrer las doce casas, venciendo a cada uno de los guardianes.
La inclusión de Ofiuco más parece una decisión tomada para vender más juguetes, ya que poco después de su aparición en el manga de Masami Kurumada, Bandai decidió sacar el Myth Cloth (figura coleccionable) de este personaje.
Otro punto en contra de Saint Seiya Next Dimension es que parece que nunca va a terminar. Su primera publicación fue en 2006, han pasado 14 años y Masami Kurumada solo ha sacado 95 capítulos, es decir, aun queda mucho para leer la esperada ‘Saga del cielo’.
Siendo imparciales, la antigua guerra santa dibujada por Masami Kurumada es bastante mediocre si la comparamos con la mostrada por Shiori Teshirogi en The Lost Canvas. Lo único rescatable es la inclusión de Odysseus de Ofiuco.
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Sobre los breves capítulos dedicados a la Saga del cielo, de los cuáles parece haberse olvidado, lo más importante es que Kurumada vuelve a mostrarnos a Touma, uno de los ángeles de Artemisa que busca a su hermana Marín y que tiene como misión matar a Seiya.
Lamentablemente, el personaje sufrió un rediseño en su armadura que, a mi parecer, es más fea. La versión de la película no es tan ostentosa, lo más probables es que esta nueva versión haya sido pensado para vender un Myth Cloth en el futuro.
Y bueno con eso terminamos el análisis sobre qué antigua guerra santa es mejor, sin duda la obra de Teshirogi es muy superior, dándonos personajes, historia y giros inesperados que merecen una continuación animada. Lamentablemente, el ego de Kurumada nos lo impedirá.