Pedro Almodóvar es uno de los directores españoles más respetados en la industria. A través de los años, su talento logró aminorar las fronteras internacionales y conquistar a todo amante del cine.
Dolor y Gloria, la pieza autobiográfica más importante de su carrera, sirve para que el cineasta se sincere sin complejos y desnude su alma como pocas se ha visto en la gran pantalla. El encargado de cargar con la importante tarea es Antonio Banderas.
El actor interpreta a Salvador Mallo, un director de cine en su ocaso, en una serie de reencuentros con su pasado. Desde su infancia en los años 60, su primer amor y la trágica ruptura del mismo.
El personaje ha conquistado a la crítica e hizo al actor merecedor como Mejor Actor en la última edición del Festival de Cannes y los Goya, su primera victoria después de cinco nominaciones. ¿Podrá repetir la hazaña en los Oscar?
Almodóvar lo tiene claro y afirma que la competencia está entre Joaquin Phoenix y Banderas. “En Estados Unidos, que son un poco más infantiles que nosotros, ven el Joker como algo muy desestabilizador. Piensan que alguien pueda imitar a Phoenix… y no les conviene. Esto no deja de ser un prejuicio pero puede que vaya en favor de Antonio”, asegura.
La más reciente película del español ha sido nombrada la cinta más popular de este año
Además, el cineasta explicó que Antonio Banderas era el único que podía interpretar al personaje. “Viendo la película desde ese prisma, el de un director y su alter ego, el más legítimo era Antonio porque ha vivido a mi lado muchas de las cosas que están en la película”, finalizó.
El filme habla de la creación del artista, de la dificultad de separarla de la propia vida y de las pasiones que le dan sentido y esperanza. En la recuperación de su pasado, Salvador Mallo encuentra la necesidad urgente de volver a escribir.