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Ciencia

'Mariposa espacial', la nave construida con ADN que llevaría a la primera generación de humanos fuera de la Tierra

Fruto del ingenio de un grupo de científicos, esta propuesta busca explotar recursos en planetas externos, enviar información de gran valor a nuestro planeta y favorecer la expansión de la humanidad por el universo.

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Así podría lucir la nave espacial. Imagen: IA

Científicos proponen un concepto innovador: naves espaciales vivas. Fabricadas con componentes orgánicos e inorgánicos, estas naves no solo viajarían por el espacio, sino que también recolectarían recursos, realizarían investigaciones y contribuirían a la colonización espacial.

Esta tecnología revolucionaria permitiría la creación de bases espaciales autosuficientes, la extracción de recursos valiosos y la transmisión de datos científicos de otros planetas. Estas naves espaciales podrían ser la clave para encontrar vida extraterrestre y expandir nuestra presencia en el cosmos.

La nave espacial que podría llevar a la primera generación de humanos fuera de la Tierra

Se llama mariposa espacial, es de tamaño diminuto, posee un cerebro con inteligencia artificial (IA) y tiene la capacidad de viajar entre diversos sistemas estelares. Greg Matloff, profesor del Departamento de Física en el New York City College of Technology (CUNY) y experto en posibilidades de propulsión interestelar, especialmente en velas solares, es a quien le surgió esta idea.

Ilustración de la nueva vela solar de la NASA en el espacio. Foto: NASA

Junto con su esposa, la artista C. Bangs, desarrolló su propia versión del Astrochicken, la cual denominaron ‘mariposa espacial’. En el artículo científico titulado ‘Space Butterfly: Combining Artificial Intelligence and Genetic Engineering to Explore Multiple Stellar Systems’, se pueden leer los resultados de su investigación, la cual fue publicada en la revista Journal of the British Interplanetary Society, en el número 77.

La Astrochiken, la inspiración para crear la mariposa espacial

Las ideas del físico teórico Freeman Dyson, conocido por su revolucionaria propuesta de las esferas de Dyson, fueron la base para el concepto de la mariposa espacial. En 1985, el científico sugirió la creación de la Astrochicken, una sonda de un kilogramo destinada a viajar a Urano. Este nave debía ser pequeña, ágil como un colibrí y contar con un cerebro de menos de un gramo. Sin embargo, lo más notable es que sería una sonda viva compuesta de diversos componentes.

Una esfera de Dyson sería una estructura construida alrededor de una estrella con el objetivo de aprovechar la energía que esta emite. Foto: National Geographic

“El componente vegetal tiene que proporcionar un sistema básico de soporte vital que utilice la bioquímica de ciclo cerrado con la luz solar como fuente de energía. El componente animal tiene que proporcionar sensores, nervios y músculos con los que pueda observar, orientarse y navegar hasta su destino. El componente electrónico debe recibir instrucciones de la Tierra y transmitir los resultados de sus observaciones”, explica el científico en su libro ‘El infinito en todas direcciones’.

¿Cómo sería la nave espacial denominada mariposa espacial?

La nave —concebida por Matloff— poseería grandes y delgadas alas similares a las de una mariposa. Estas alas, que se despliegan cerca de las estrellas, actuarían como paneles solares, por lo que proporcionarían energía a los equipos científicos y de comunicaciones de la nave espacial.

El físico y docente define la mariposa espacial como “un Astrochicken viviente con subsistemas de propulsión miniaturizados, navegación autónoma computarizada mediante señales púlsares y un enlace de comunicaciones láser con la Tierra. La nave sería un organismo de bioingeniería. Tras una travesía interestelar, este Astrochicken viviente se situaría en órbita alrededor de un planeta habitable. La nave (o el ser) podría crear una incubadora utilizando los recursos del sistema solar de destino y criar a la primera generación de colonos humanos utilizando óvulos y esperma humanos almacenados criogénicamente”.

Esta nave espacial, que estaría impulsada por un cerebro de inteligencia artificial (IA), también podría ser capaz de extraer recursos que se encuentren en diferentes sistemas planetarios, además de moverse entre sistemas estelares en viajes que, probablemente, duren milenios.

Otra simulación de lo que podría ser la mariposa espacial. Imagen: IA