Por primera vez en su historia, Estados Unidos, a través de su Departamento de Agricultura, ha autorizado la venta de carne de pollo que, en vez de provenir de las aves sacrificadas, ha sido cultivada en laboratorio a partir de células de animales.
Según los expertos, la medida iniciaría una nueva década de producción de carne de pollo, cuyo principal objetivo será reducir el sacrificio a los animales, así como los impactos ambientales que tiene el proceso convencional.
"En lugar de toda esa tierra y toda esa agua que se usa para alimentar a todos estos animales que son sacrificados, podemos hacerlo de una manera diferente", señaló Josh Tetrick, cofundador y director ejecutivo de Eat Just, destacó la agencia de noticias Associatted Press.
Por ahora, las empresas norteamericanas que cuenta con la autorización para vender la carne cultivada serán Upside Food y Food Meat, que tienen base en California.
La carne cultivada de pollo se elabora a partir de células de aves vivas (principalmente aquellos que tienen más probabilidades de saber bien o reproducirse más rápido), un óvulo fertilizado o un banco de células almacenadas.
Seleccionadas las líneas celulares, se combinan en un tanque de acero con una mezcla similar a un caldo que contiene los elementos que son necesarios para que estas crezcan, tales como aminoácidos, ácidos grasos, azúcares, sales, vitaminas, entre otros. En ese lugar, las células crecen y proliferan rápidamente.
En el caso de Upside, después de tres semanas, las células forman láminas que luego son transformadas en chuletas, salchichas u otros alimentos. En tanto, en Good Meat crecen en formas de masas, que se convierten en productos derivados de la carne.
Según Upside Food, quien ya ha comenzado a vender su pollo cultivado a algunos restaurantes, la mayoría de los comensales que prueban su pechuga de pollo artificial precisan que se ve y sabe igual que el original, con la única diferencia de que su apariencia es un poco más pálida. "La respuesta más común que recibimos es: 'Oh, sabe a pollo'", dijo Amy Chen, directora de operaciones de Upside Food.
En el corto plazo, la carne de pollo cultivada no estará en las tiendas de comestibles de EE. UU., ya que será mucho más caro —no se sabe cuánto— que la proveniente de las aves criadas en granja y, además, todavía no se podrá producir a gran escala.
Por esa razón, por el momento, las empresas norteamericanas planean servir la comida artificial en restaurantes exclusivos de San Francisco y Washington DC.