Un extraordinario diamante rosa se vendió el último jueves por 34,8 millones de dólares en solo dos minutos en una casa de subastas de Nueva York. Esta transacción, además de sus grandes proporciones, destacó por tratarse de una gema cuyo color vívido no se forma de la misma manera que otros tipos de diamantes.
Bautizado como Eternal Pink, este diamante de 10,57 quilates fue extraído en 2019 en la mina Damtshaa en Botswana. Desde entonces, fue tallado y engastado en un anillo.
A diferencia de otros diamantes rosas, el Eternal Pink posee una claridad "impecable", con un color rosa eléctrico "chicle", según la casa de subastas Sotheby's, que lo describe como "el diamante rosa más importante" que jamás haya salido al mercado.
Diamante rosa Eternal Pink. Foto: Sotheby's
La mayoría de colores en diamantes se debe a la presencia de oligoelementos, como el nitrógeno en los amarillos o el boro en los azules.
Sin embargo, no hay evidencia de que el rosa se deba a un oligoelemento específico. Es decir, no tiene una causa exacta conocida.
"La mejor explicación disponible [para los diamantes rosas] en la actualidad es que su color es el resultado del estrés a nivel atómico", indica Sotheby's en su página web.
Dicho estrés se debe a que los diamantes se forman en lo profundo del manto terrestre, donde las presiones y temperaturas extremas comprimen los átomos de carbono en una robusta estructura cristalina, lo que da forma al diamante.
Capas de la Tierra. Foto: difusión
"Las poderosas erupciones volcánicas desplazan estos diamantes y los llevan a la corteza terrestre, donde pueden permanecer durante millones de años antes de que la erosión los arrastre a las vías fluviales o sean excavados por los mineros", añade la publicación.
Lo que hace a Eternal Pink aún más intrigante es que se trata de un diamante de más de 10 quilates que está libre de otros minerales e impurezas, algo extremadamente raro.