La naturaleza, en sus escalas más pequeñas, esconde detalles difíciles de distinguir solo con la visión humana, incluso si estos tienen que ver con objetos o seres que notamos en la vida cotidiana. Por esa razón, la foto del rostro de una hormiga, que fue premiada este mes en el Concurso de Fotomicrografía Nikon Small World 2022, ha capturado fuertemente la atención del público por su espeluznante apariencia.
El experimentado fotógrafo Eugenijus Kavaliauskas consiguió un primer plano de la cara de una hormiga del género Camponotus y ganó el premio en la categoría ‘Imagen de Distinción’. Como todos los que postularon, usó un microscopio óptico; en este caso, con la técnica de luz reflejada y un aumento de lente X5.
Tras su publicación, miles de usuarios en redes sociales quedaron asombrados ante este nivel de detalle en un animal tan familiar.
Rostro de hormiga captada con un microscopio óptico. Foto: Eugenijus Kavaliauskas
“¿Imagen de una película de terror? No. Esa es la cara muy real de una hormiga. Una hormiga. Ahora tienes que pensar en eso toda la noche”, comentó en Twitter Rebekah McKendry, directora de cine especializada en el género de terror.
La imagen muestra detalles fascinantes de la cara de la hormiga. De abajo hacia arriba: su mandíbula cerrada, el clípeo (parte endurecida en medio de la cara) y las antenas, que salen de dos cuencas. Asimismo, se aprecian algunos vellos.
Aunque las cuencas pueden confundirse con sus ojos, estos realmente están situados a ambos lados del rostro, tal como se muestra en la siguiente imagen, también obtenida con microscopio óptico.
Rostro de hormiga Camponotus. Foto: Twitter / @ManukePoker
Las hormigas Camponotus son un género ecológicamente diverso distribuido en todas las regiones del mundo. Comprenden desde hormigas madereras hasta las consumidoras de miel y tejedoras.
PUEDES VER: Los ‘hobbits’, primos enanos del hombre, podrían estar ocultos en una isla, según antropólogo
El éxito de las colonias de hormigas se debe a su compleja organización social y sus capacidades físicas y sensoriales, las cuales se encuentran principalmente en su cabeza.
Las antenas son los órganos sensoriales más importantes de las hormigas. No solo les otorgan los sentidos del tacto y de olfato, sino que también las utilizan para transmitir señales sociales, como un sistema de comunicación bidireccional.
Sus ojos en forma de cúpula tienen múltiples y diminutos elementos llamados omatidios. Dependiendo de la especie pueden tener de 100 a 200 de estas unidades ópticas.
En tanto, su mandíbula, compuesta por dos piezas (como una pinza), les sirve para comer, atacar a los individuos hostiles, y sobre todo para el transporte: pueden llevar alimentos, huevos, larvas u objetos para moldear su nido.
La mandíbula de una hormiga tiene forma de una pinza. Foto: eldiario.es
El fuerte agarre de estas pinzas les permite cargar objetos que exceden de 10 a 100 veces el propio peso de una hormiga.
Dentro de la clase de los insectos, las hormigas conforman la familia Formicidae, la cual se divide en subfamilias, que se reparten en tribus, que a su vez se distribuyen en géneros, los cuales abarcan una gran variedad de especies.
Estos invertebrados de seis patas medir de uno a 30 milímetros, de acuerdo a la especie. Por tanto, el peso también varía, pero se estima una media de 10 miligramos.
Según un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), en la Tierra existen 20.000 billones de hormigas, aunque dicha cifra probablemente subestima la población total de los insectos, aseguraron los autores.
Los investigadores colocaron trampas que capturaban hormigas que pasaban durante un cierto periodo y luego analizaron la cantidad de estas en una porción de hojas delimitada en el suelo.
El tiempo de vida de las hormigas puede oscilar entre unas pocas semanas y hasta dos décadas, dependiendo de la especie a la que pertenecen y la función que cumplen en su colonia.
Por ejemplo, las hormigas obreras suelen vivir menos tiempo que las hormigas reina debido a la disponibilidad de alimentos. Por otro lado, mientras las hormigas obrera de fuego viven solo cinco semanas, las hormigas obreras que encontramos en casa tienden a vivir de dos a tres años.
Según Pam Frost Gorder de la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos, las hormigas son superfuertes a pequeña escala porque sus cuerpos son muy ligeros. Y es que, dentro de sus duros exoesqueletos, “sus músculos no tienen que proporcionar mucho apoyo, por lo que son libres de aplicar toda su fuerza para levantar otros objetos”.
El caso de los humanos es distinto, explica, ya que transportamos cargas comparativamente pesadas debido a nuestro peso corporal. “Con nuestros músculos soportando el peso de nuestro cuerpo, no nos queda tanta fuerza para levantar otros objetos”, sostiene.
De acuerdo con la Federación Nacional de Vida Salvaje de EE. UU., en nuestro planeta existen más de 12.000 especies de hormigas, de las cuales la mayoría son de color negro, marrón o rojo.
Según National Geographic, las comunidades de hormigas están lideradas por una o más hormigas reinas, quienes tienen la función de poner miles de huevos para asegurar la supervivencia de la colonia. En tanto, las hormigas obreras (aquellos que vemos en parques y calles) son hembras que buscan comida, cuidan a las crías de la reina y protegen a la comunidad. Las hormigas macho solo tienen el rol de aparearse con la reina y después pueden morir.