Este mes de septiembre se producirá el mayor acercamiento entre Júpiter y la Tierra de los últimos 70 años. Durante las últimas semanas, el gigante gaseoso ha lucido excepcionalmente brillante en el cielo nocturno, y lo será aún más a medida que se aproxima a nuestro planeta.
Normalmente, Júpiter está más cerca cuando se alinea con la Tierra y el Sol. Desde nuestra perspectiva, este fenómeno se conoce como oposición y sucede cada 13 meses. Sin embargo, como las órbitas de ambos planetas son elípticas, cada alineamiento no ocurre siempre a la misma distancia.
Esta vez, la oposición de Júpiter ocurrirá cuando esté cerca de su perihelio, el punto de mayor cercanía al Sol, lo cual se da cada 12 años, según el portal especializado EarthSky.
Estas coincidencias astronómicas harán que Júpiter se ubique a 591 millones de kilómetros (km) de la Tierra durante las noches del 25 y 26 de septiembre de 2022, informa SkyLive. En comparación, distancia media entre ambos planetas es 630 millones de km.
Júpiter no ha estado tan cerca desde octubre de 1951, señala Robert C. Victor, astrónomo jubilado de la Universidad de Michingan.
Asimismo, durante el fenómeno de oposición, su lado diurno es completamente visible desde la Tierra, por lo que su brillo se vuelve aún más notable.
Júpiter, a simple vista, captado cerca de Saturno en el 2020. Foto: EarthSky
En las fechas mencionadas, el gigantesco planeta saldrá por el este una hora después del atardecer, cruzará todo el cielo y se ocultará por el oeste al amanecer.
Júpiter ya es el segundo objeto más brillante del cielo nocturno, después de la Luna. El único planeta que competiría en brillo es Venus, pero en este mes aparece solo al amanecer.
El gigantesco planeta, que a simple vista aparece como un lucero notable, podrá observarse hasta en los lugares con contaminación lumínica, como las ciudades. El único requisito es contar con un cielo medianamente despejado.
En tanto, las personas que cuenten con binoculares podrán apreciar a Júpiter como un disco brillante, así como sus lunas más grandes (satélites galileanos), que son Ío, Europa, Ganímedes y Calisto, dispuestos en una línea recta a ambos lados del planeta.
Júpiter y sus cuatro lunas más grandes. Foto: EarthSky
“El uso de binoculares es suficiente para revelar las cuatro grandes lunas como pequeños puntos de luz parecidos a estrellas junto a Júpiter”, explica la NASA.
Con un telescopio pequeño, los detalles de Júpiter saltarán a la vista: sus bandas horizontales marrones y hasta su famosa Gran Mancha Roja.
El brillo aparente de un objeto celeste está determinado por su magnitud, la cuál se calcula mediante la cantidad de luz que reciben los instrumentos de observación.
Una magnitud menor indica más brillo. Por ejemplo, actualmente, la magnitud de Mercurio es 1,44, la de Sirio —la estrella más brillante—, es -1,47; y la de Júpiter, -2,9.
En tanto, la magnitud de Venus es -4,2, y la de la luna llena -12,7.