Por mucho tiempo, los biólogos han estado intrigados por la Turritopsis dohrnii, conocida como la medusa inmortal, ya que es capaz de reiniciar su ciclo de vida cuando llega a su estado adulto. Ahora un equipo de investigadores españoles ha logrado secuenciar el genoma de esta especie para conocer los secretos de esta forma de inmortalidad biológica.
María Pascual, doctora en Ciencias del Mar y autora principal del estudio publicado en la revista PNAS, señaló a la agencia Efe que los hallazgos de esta investigación abre una vía para avanzar en la lucha de las patologías más relacionadas con el envejecimiento humano como son el cáncer o las enfermedades neurodegenerativas o cardiovasculares.
El estudio sobre esta especie, cuyos ejemplares fueron capturados en la costa italiana y sometidos a la investigación en el Acuario de Gijón (norte español), se prolongó durante cinco años. Por ello, según Pascual, las investigaciones que se deriven de él pueden tener un desarrollo “lento” que hace imposible calcular en qué plazo podrían tener aplicaciones clínicas para combatir enfermedades.
Tras varios años estudiando los procesos de envejecimiento, el grupo de investigadores, dirigido por el catedrático de Bioquímica Carlos López Otín, había fijado ya su interés en analizar cómo se desarrollaba en otras especies y, cuando uno de los científicos recibió la información de una medusa capaz de “rejuvenecer” su organismo, pensaron que se encontraban ante “una oportunidad única” para conocer ese proceso.
Cuando rejuvenece hasta volverse un pólipo (una etapa temprana de su vida), la medusa adulta va empequeñeciendo y cambiando la estructura de sus tejidos. Cuando analizaron este proceso a nivel genético, observaron que unos genes se apagaban y otros se activaban
Uno de los que se activaba es el gen GLI3, que interviene en la diferenciación de las células madre en cualquier otro tipo de células. Por ello, durante el proceso de reversión, las células especializadas de la medusa vuelven a ser células madre. Y así se reinicia el ciclo de vida del animal.
A esta especie de reprogramación biológica los investigadores llaman desdiferenciación de las células.
“Cuando encontramos ese resultado fue bastante sorprendente, no esperábamos que apareciera de una forma tan clara”, afirmó.
Cuando son pólipos, las medusas ‘inmortales’ se reproducen de forma asexual mediante la liberación de gametos, pero cuando maduran la reproducción se lleva a cabo entre un macho y una hembra a los que, transcurrida esa fase, “sólo les quedaría envejecer hasta morir” como a cualquier otra especie, pero en su caso tienen la capacidad de convertirse de nuevo en pólipos.
Así como GLI3, la investigación ha permitido así identificar varios genes duplicados en el genoma de las medusas que serían, según Pascual, posibles candidatos para seguir haciendo, a largo plazo, investigaciones científicas y clínicas relacionadas con enfermedades como el cáncer, las neurodegenerativas o las cardiovasculares.
Con información de Efe.