Al este de África, en la frontera de Ruanda con la República Democrática del Congo (RDC), se encuentra una de las fallas geológicas más amenazantes del planeta. Se trata del lago Kivu, un ecosistema que en su profundidad almacena gases explosivos y potencialmente mortales.
Conocido también como el ‘lago asesino’, Kivu contiene en sus profundidades 300 km³ de dióxido de carbono y, lo que es peor, 60 km³ de metano. La emanación conjunta de ambos gases de efecto invernadero puede acarrear grandes riesgos humanos y medioambientales.
Si ambos gases son liberados violentamente hacia la superficie pueden generar una nube tóxica que envenenaría a la población de la ciudad de Goma, en Congo. Una catástrofe de ese tipo ocurrió en la década de 1980 cuando erupcionó Nyos, un lago de naturaleza similar ubicado en Camerún, donde más 1.700 personas y 3.500 cabezas de ganado murieron.
En el mundo existen tres lagos volcánicos además de Kivu: Nyos y Monoun, en Camerún, y Albano, en Italia. Sin embargo, ninguno de ellos es tan grande ni contiene tal cantidad de CO2 ni metano como Kivu.
Se estima que el lago Kivu contiene 2,6 gigatoneladas de CO2, una cifra equivalente a casi el 5% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero. Tal explosión aumentaría la temperatura de la Tierra, una amenaza similar a la que representa el permafrost del hemisferio norte.
En mayo de 2021, la ciudad de Goma se vio entre las amenazas de la erupción del volcán Nyiragongo y un potencial estallido del lago Kuvi, ubicado al lado opuesto. Foto: MONUSCO / Abel Kavanagh
No obstante, la posibilidad de una erupción límnica del lago Kibu continúa siendo un misterio. Durante este fenómeno, los gases que se encuentran disueltos en lo profundo del agua se concentran a tal nivel que pueden liberarse con una fuerza similar a destapar un refresco gaseoso que ha sido agitado.
En 2005, tras un análisis comparativo de las capas profundas del lago a través de los años, un equipo de científicos estimó que la concentración de metano había aumentado en un 15% desde 1975. Si esa tendencia es cierta y continua, el pico de saturación de gases ocurriría en 2090.
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No obstante, otros especialistas han argumentado que se desconoce el nivel exacto de gases de efecto invernadero o que bastaría que la concentración de metano se duplique en la región con más gas para alcanzar un punto crítico.
La empresa KivuWatt extrae gas de las aguas del lago Kivu para convertirla en electricidad. Algunos científicos sostienen que el método de extracción puede alterar la calma del ecosistema. Foto: AFP / Simón Maina
Además, un fenómeno externo también puede representar una amenaza para la actividad del lago. Por ejemplo, en mayo de 2021, la erupción del volcán Nyriagongo hizo que la lava se desplace debajo del lago Kivu y la ciudad de Goma, que se liberen gases en una pequeña proporción y asuste a toda la comunidad.
Por ahora, el lago Kivu se encuentra estable y su metano es utilizado como suministro de la energía de la ciudad; sin embargo, algunos científicos señalan que el método de extracción del gas puede no ser el adecuado y estar desequilibrando la calma del lago.