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Ciencia

El organismo más grande del mundo está siendo devorado lentamente

Ante la desaparición de depredadores en la zona boscosa, otros animales se han adueñado del ecosistema de una forma que ya está teniendo consecuencias.

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Pando sombreado de verde con Fish Lake en primer plano. Foto: Lance Oditt / Friends of Pando

Richard Elton Walton, investigador posdoctoral en Biología de la Universidad de Newcastle (Inglaterra), ha advertido que el organismo más grande de la Tierra está siendo devorado lentamente por ciervos y alces. Se trata de Pando, un medioambiente boscoso de álamos temblones (Populus tremuloides) en la cordillera Wasatch del oeste de Estados Unidos (Utah).

Pando no es un bosque de árboles individuales, pues estos están interconectados por 47.000 tallos genéticamente idénticos. El organismo pesa casi 6.000 millones de toneladas métricas y resguarda a 68 especies de plantas, así como distintos animales que sobreviven gracias a las sombras del ecosistema. El análisis completo se puede leer en el medio The Conversation.

El álamo temblón, según el Servicio Forestal de los Estados Unidos, no suele vivir más de 150 años, y crece mejor donde el suelo es húmedo y la luz solar abundante. Su altura oscila entre los 20 y 80 pies. Se calcula que Pando existe desde hace aproximadamente 14.000 años, tal y como se infirió en un artículo de Scientific Reports publicado en julio de 2017.

A raíz de la desaparición paulatina de lobos y pumas, principales depredadores de ese ecosistema, los ciervos y los alces han reclamado el reinado de esos lares comiéndose la vegetación más joven, es decir, las copas de los tallos recién formados. El no enfrentarse contra otros animales alivia sus instintos de protección, aunque para ello Pando sufra las consecuencias: vuelve a crecer poco, en conjunto.

Ciervos comiendo brotes de Pando. Foto: Lance Oditt / Amigos de Pando

Sin embargo, “la excepción es un área que fue vallada hace algunas décadas para eliminar los árboles moribundos. Esta área vallada ha excluido alces y ciervos y ha visto una regeneración exitosa de nuevos tallos clonales, con un crecimiento denso conocido como el jardín de bambú”, escribe el investigador.

Otro problema es que Pando no es ajeno a los efectos del cambio climático —muy aparte de las siempre amenazadoras enfermedades cancro de corteza de hollín, mancha foliar y enfermedad fúngica conk—: la reducción del suministro de agua y la calidez a inicios de año dificulta el crecimiento de las hojas.

Pando, pese a lo mencionado, subsiste y le ha dado la cara a la adversidades, incluso cuando colonos europeos invadieron la zona en el siglo XIX.

El árbol de Pando se empapa de la luz de la luna a fines del verano. Foto: Lance Oditt

Un grupo ecologista llamado Amigos de Pando, organización voluntaria, se ha visto firmemente involucrado en convocar personas interesadas en “ayudar a comprender, documentar y celebrar” la belleza paisajística del organismo más grande de la Tierra.

Dentro de los programas principales enumerados en su página web, destaca el denominado ‘Pando: el árbol del mundo’, en el cual el fotógrafo principal de Pando Photographic Survey, Lance Oditt, y los fotógrafos senior J. Brunner y Janis Connell, además del asesor científico Ryan Thalman, trabajan para crear una exhibición de arte terrestre-virtual.

“Son estos momentos los que nos recuerdan que tenemos plantas, animales y ecosistemas que vale la pena proteger. En Pando, tenemos la rara oportunidad de proteger a los tres”, subrayó el doctor Walton al final de su artículo.