Rastros de SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19, fueron descubiertos por un equipo de científicos neerlandeses en las aguas residuales de una ciudad de Países Bajos antes de que se confirmara el primer caso en su población.
En base al hallazgo, el informe publicado el último lunes por el Instituto de Salud Pública y Medio Ambiente de los Países Bajos indica que una buena manera de monitorear si el virus se encuentra presente en la población sería la vigilancia de las aguas residuales.
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La investigación detalla que se utilizaron métodos moleculares para detectar el coronavirus en el aeropuerto Schiphol de Amsterdam, en Tilburg y en la planta de tratamiento de aguas residuales en Kaatsheuvel. “Esta planta trata las aguas residuales de Loon op Zand, la ciudad donde se informó de 19 pacientes positivos por coronavirus”, indica el documento revisado por la cadena alemana DW.
Gertjan Medema, microbiólogo principal del Instituto de Investigación del Agua del país europeo, dijo a Bloomberg que la creciente circulación del virus en las comunidades aumentará la cantidad que fluye hacia los sistemas de alcantarillado, aunque es poco probable que las aguas residuales se conviertan en una ruta importante de transmisión.
Sin embargo, a inicios de febrero, los investigadores determinaron que la materia fecal es una vía secundaria de transmisión del SARS-CoV-2. Un estudio publicado en 'Journal of the American Medical Association’ concluyó que el 10% de los casos analizados presentaron diarrea y náuseas uno o dos días antes de que se manifieste la fiebre y la dificultad para respirar.