Videojuegos

¿Qué tan reales son los videojuegos de manejo como Mario Kart o Fórmula 1 en la actualidad?

Los juegos de carrera comenzaron siendo bastante simples; sin embargo, gracias al avance de la tecnología, ahora permiten que disfrutemos una experiencia más real.

Los videojuegos y simuladores de manejo son uno de los formatos más innovadores de la industria gaming. Foto: composición LR/ Reddit
Los videojuegos y simuladores de manejo son uno de los formatos más innovadores de la industria gaming. Foto: composición LR/ Reddit

Si eres fiel seguidor de los videojuegos, debes saber que los títulos de carrera son de los más clásicos y antiguos en la industria, ya que los vehículos han sido parte de nuestra historia a lo largo de los años.

Con el paso del tiempo, no solo mejoraban los automóviles que uno podía conducir en la vida real, sino también los dispositivos, consolas y formatos que se desarrollaban para poder tener un mejor acercamiento a esta experiencia de manejo.

Por ello, las compañías gaming, de la mano de potencias en el ámbito de la tecnología, idearon nuevos formatos para transmitir una sensación más viva de las carreras en las consolas. Aquí te presentamos cómo fue evolucionando este tipo de juego que hasta la fecha son un éxito mundial.

Inicio de los juegos de carreras

Los primeros indicios de juegos de carreras se remontan desde los años 60, cuando los principales fabricadores de ordenadores querían retratar modalidades de juego con sistema de avance y retroceso, tal como sucedió en los primeros títulos registrados.

Sin embargo, Atari publicó oficialmente el primero videojuego de carreras, al cual denominó Space Race y que tenía una dinámica bastante simple, ya que enfrentaba a dos personas en una carrera donde controla naves y esquivan meteoritos. Si bien no fue el primer título con autos, ha quedado en la historia como el debutante en este estilo de trayectos largos.

Primer ‘simulador de manejo’

Los juegos de carreras evolucionaron positivamente al dar el salto a las plataformas terrestres para medir en competencia a automóviles. A pesar de este avance, continuaban siendo lineales o de recorridos no tan complejos.

Por ello, en 1986 se lanzó Durell lanza Turbo Esprit, el cual destacó por ser el primero en tener licencia oficial de una marca de carros. Además de esta credencial, el juego mostraba los indicadores de velocidad, gasolina, aceleración, movimiento del timón para los lados y otros elementos que permitían una experiencia más realista.

Artículos y componentes para mejorar la experiencia

Con el intento de PlayStation y Xbox por presentar los primeros timones para acoplarlos en las consolas, Nintendo sacó ventaja en 2008 al publicar Mario Kart Wii, el cual se distribuía con su propio componente para convertir el mando inalámbrico en un auténtico dispositivo de maniobra.

Posteriormente, la ‘Gran N’ sacó nuevos modelos para sus demás juegos de carreras protagonizados por el fontanero, aunque la mayoría seguían los mismos formatos y no ofrecían nada sobresaliente. Ante esto, otras desarrolladoras, de la mano de compañías de tecnología, quisieron revolucionar esta industria.

Última tecnología para simuladores

Finalmente, como mencionamos previamente, gracias a la tecnología, los límites de simulación han crecido a gran escala y han logrado que, además de sentirlo como un videojuego, se viva la adrenalina de conducir una auto de verdad, tal como sucede con los volantes de extensión.

Dicho esto, actualmente, las mejores propuestas para poder medirse en carreras casi reales son Gran Turismo, Need for Speed, Forza Horizon y Assetto Corsa. En tanto, sobre los componentes adicionales o cabinas de simulación, destacan Fantatec CSL Elite, ThrustMaster T150RS, Hori Apex y el Logitech G920 como las opciones más atractivas hoy en día.

Los mejores documentales de videojuegos que todo gamer de verdad debe ver

High score

Iniciamos el listado con uno de los documentales que llegó inicialmente para Netflix, la popular plataforma de streaming que apostó por desarrollar algo distinto e introducirse a los videojuegos desde hace unos años.

Puede que esta producción no haya sido de las más apegada a la historia de la industria gaming, pero, por parte de los fanáticos, fue una de las que mejores apreciaciones. En la cinta separada por capítulos se hablaba de la época dorada del mundo gaming, en la que se destaca la labor de los informáticos y artistas que salían por entonces.

Thank you for playing

Además de las series o cortos que hacen honor a la historia gamer, también se encuentra esta película documental estadounidense que cuenta la historia de Ryan y Amy Green criando a su hijo Joel, a quien le han diagnosticado cáncer y que encuentra en los juegos un apoyo para sobrellevar esta enfermedad.

El film ha sido elogiado por la reconocida firma, catalogándola como “la cinta de videojuegos más importante jamás realizada”, debido a que pudo conectar bien una historia conmovedora con lo divertido que representa este tipo de entretenimiento.

Not a game

Asimismo, tenemos un documental realizado en tierras hispanohablantes, precisamente desde España, donde se nos muestra una perspectiva honesta sobre qué es lo bueno y malo en el mundo de los videojuegos, de acuerdo al desconocimiento de algunas personas.

En pocas palabras, se plantean diversas preguntas que, en su mayoría, son consultadas por los adultos y aquellos que no conocen para nada un título. Entre las principales dudas que se resuelven están: “¿fomentan el aislamiento o la sociabilidad?”, “¿te puedes ganar la vida jugando?”, “¿los e-sports también son considerados deporte?

Indie game: the movie

Esta producción se hizo con el propósito de inspirar a los nuevos desarrolladores que quieren profesionalizarse, por lo que contó una historia de cómo algunos usuarios aprovechaban todos sus recursos para poder crear juegos independientes, también conocidos como títulos indie.

La trama gira en torno a los viajes y aventuras que tienen los aspirantes a este oficio, en los que se evidencia el gran sacrificio que deben hacer para poder obtener un buen resultado con poco presupuesto.