El velorio de la fallecida Jesús Vásquez se convirtió en una jarana con guitarra y cajón. El presidente de la República, Alan García, dijo que la cantante ya no estará entre nosotros para “darse sus tanganazos” como de costumbre. Con música y copas de pisco, ayer varios artistas le dijeron adiós a la Reina y Señora del Criollismo, Jesús Vásquez, durante su velorio realizado en el Museo de la Nación, en San Borja, a donde acudió el mismo presidente de la República, Alan García, quien extrañará los “tanganazos” de la fallecida cantante. Desde las 9 de la mañana, viejas glorias del criollismo como José Escajadillo, Augusto Polo Campos, Carmencita Lara, Esther Granados, Chelita Polo (una de las Limeñitas de Ascoy), Edith Bar, entre otros, fueron a rendirle homenaje a Jesús Vásquez. “Nunca más habrá otra reina en la canción criolla. Recuerdo que antes de fallecer le pasamos un algodón que previamente tocó la imagen del Señor de los Milagros. Espero que el gobierno ayude a no perder su legado”, refirió Pocha Vásquez, hija de la fallecida cantante. Extrañará ‘tanganazos’ A las 12:30 pm llegó el primer mandatario, Alan García, al Museo de la Nación para despedirse de la Reina y Señora del Criollismo. Tras su ingreso, saludó a los familiares y amigos de la fallecida, tomó un par de copas de pisco y cantó varios temas del cancionero criollo nacional. Posteriormente, García Pérez dejó el velatorio y dijo que extrañará los “tanganazos” (vasos de ron con gaseosa) que se daba Jesús Vásquez antes de sus presentaciones. “Esa era la frase que usaba Jesús cuando había que brindar. ‘Alancito, tómate un tanganazo’, me decía. Estoy contento porque su larga vida ha contribuido mucho al Perú. Me alegro que una buena amiga descanse en paz”, refirió. Homenajes póstumos El féretro con el cuerpo de Jesús Vásquez será llevado hoy temprano a su casa en Jirón Libertad 645, San Miguel, para recibir un homenaje póstumo por la municipalidad. Luego irá al Convento de Las Nazarenas y de ahí al Congreso de la República. Posteriormente será conducido al cementerio Mapfre de Huachipa, su morada final.