Demasiada información, peligro inminente: historias reales de sobreexposición digital
La era digital ha convertido la privacidad en un lujo. Desde las filtraciones de datos hasta el acoso en línea, historias reales revelan cómo la sobreexposición en internet puede poner en riesgo nuestra seguridad y bienestar.
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Las redes sociales han revolucionado nuestra manera de comunicarnos, pero también nos han expuesto a nuevos peligros. Compartimos fotos de nuestros hijos, ubicaciones en tiempo real y detalles de nuestra vida cotidiana sin darnos cuenta de que esta información puede ser utilizada por delincuentes para cometer fraudes, robos e incluso extorsiones.
Según el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Perú, entre 2018 y 2021, el número de denuncias por delitos informáticos pasó de 2.917 a 14.671, evidenciando un incremento significativo en la actividad delictiva en el entorno digital. Además, en un reciente reporte, el 25% de las cuentas de Facebook y el 85% de las de Instagram han sido víctimas de ataques. Asimismo, el 94% de las filtraciones de datos ocurre por errores humanos, lo que subraya la importancia de la educación digital

Este fenómeno, conocido como sobreexposición digital, ha llevado a personas de todo el mundo a enfrentar situaciones que jamás imaginaron. Foto: Portafolio
Historias reales de sobreexposición digital
El robo anunciado: el caso de Juan y Sofía
Juan y Sofía estaban emocionados por su viaje a Cancún y compartieron fotos de sus boletos de avión y un conteo regresivo en redes sociales. Lo que no sabían era que un grupo de ladrones también estaba atento a su entusiasmo. Al regresar, encontraron su casa saqueada.
Para evitarlo, se recomienda no publicar planes de viaje en tiempo real. Si se desea compartir fotos, es mejor hacerlo después de regresar.

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El robo de identidad: Laura y la estafa bancaria
Laura, una joven profesional, publicaba sobre su vida cotidiana: su café favorito, la hora de su trote matutino y su nuevo departamento. Un día, recibió una notificación bancaria sobre una nueva cuenta a su nombre. Su información había sido utilizada para abrir créditos fraudulentos.
Para protegerse, es importante evitar compartir información personal en redes sociales y no publicar documentos con datos visibles.
El engaño Perfecto: Marco y el phishing
Marco compartió en LinkedIn su reciente ascenso. Poco después, recibió un mensaje de su 'banco' pidiéndole que actualizara sus datos. Sin sospechar, ingresó sus credenciales en un sitio falso y su cuenta fue vaciada en minutos.
Para evitar este tipo de ataques, es recomendable no hacer clic en enlaces de correos o mensajes sospechosos y siempre ingresar manualmente a la web oficial de la entidad financiera.
¿Cómo protegerse sin dejar de compartir?
No es necesario desaparecer de las redes para estar seguro. Puedes reducir el riesgo con estas estrategias:
- Configura la privacidad de tus redes sociales para que solo tus contactos de confianza vean tus publicaciones.
- Evita compartir ubicaciones en tiempo real y, si deseas publicar sobre un lugar visitado, hazlo después de haber salido.
- No publiques fotos de boletos de avión o documentos que puedan ser usados para suplantación de identidad.
- Usa contraseñas seguras y únicas con combinaciones de letras, números y símbolos. Activa la verificación en dos pasos.
- Revisa periódicamente tus contactos y solicitudes de amistad para evitar perfiles falsos.
- Desactiva la conexión automática a redes Wi-Fi desconocidas, que pueden ser utilizadas para interceptar información.
El peligro del "sharenting": protegiendo a los niños
El término "sharenting" proviene de la combinación de las palabras en inglés "share" (compartir) y "parenting" (crianza) y se refiere al acto de los padres que comparten información, fotos o detalles de sus hijos en redes sociales. Si bien el concepto tiene origen anglosajón, su uso ha crecido en Latinoamérica debido a la globalización digital.
Compartir imágenes de los niños en redes puede exponerlos a peligros como:
- Robo de identidad: Los delincuentes pueden usar sus datos para crear perfiles falsos.
- Depredadores en línea: La información sobre su escuela o actividades puede ser usada con intenciones maliciosas.
- Acoso digital: Fotos vergonzosas pueden ser utilizadas para burlas o acoso escolar.
Para minimizar estos riesgos, es recomendable evitar la publicación de fotos donde se vea la ubicación de la escuela o el uniforme. Además, se deben utilizar configuraciones de privacidad estrictas.
Situación en Perú y Latinoamérica
El cibercrimen en Perú ha aumentado de manera preocupante en los últimos años. Entre 2020 y 2023, las denuncias por fraudes informáticos se cuadruplicaron, pasando de 5.420 a 21.483 casos.
A nivel regional, América Latina y el Caribe son la región de más rápido crecimiento en incidentes cibernéticos divulgados, con una tasa promedio de crecimiento anual del 25% en la última década.
Además, en 2023, se registraron más de 1.600 ciberataques por segundo en América Latina, lo que convierte a los ciberataques en uno de los problemas de seguridad de más rápido crecimiento en la región.
Este panorama resalta la importancia de ser conscientes de los riesgos asociados con la sobreexposición digital y de tomar medidas proactivas para proteger nuestra información y la de nuestros seres queridos.
El alto nivel de criminalidad en redes se relaciona también con la falta de regulaciones estrictas en protección de datos y con la baja percepción del riesgo por parte de los usuarios.
Conclusión
Las redes sociales son herramientas poderosas, pero también presentan riesgos si no se usan con cautela. Evitar la sobreexposición digital no significa dejar de compartir, sino hacerlo de manera consciente. Con pequeños cambios en los hábitos digitales, es posible proteger la privacidad y la seguridad en línea.
Es fundamental reflexionar antes de publicar. Lo que se comparte hoy podría utilizarse en contra en el futuro.